
Norse Atlantic es la heredera de la Norwegian de largo radio, que un día asustó a las compañías aéreas al anunciar que su irrupción lo cambiaría todo. Se proclama como una low cost y desde luego, sus tarifas son más económicas que las de la competencia. Lleva desde el año 2022 volando sin llegar a dar ni un euro de beneficios, hasta este año que no ha perdido y que ha conseguido un negocio que promete funcionar: el alquiler de sus aviones en la India (Norse Atlantic, en pérdidas, devuelve otros tres aviones).
Pero si alquila, no puede atender sus rutas, por lo que desde el primero de octubre, cambiará su plan de vuelos.
Desaparece la ruta entre Los Ángeles y Atenas, la que va Miami a Londres Gatwick, la de Nueva York a Berlín, la de Oslo a Nueva York, la de París a Nueva York y la de Los Ángeles a París. Observen que varias de esas conexiones, como Miami a Londres o Nueva York a París, Berlín u Oslo tienen que ser necesariamente clave en la compañía.
Sin embargo, con los aviones que no se alquilen seguirá volando en las seis siguientes rutas: de Londres a Orlando, Los Ángeles y Nueva York; de Atenas a Nueva York y de Roma a Los Ángeles. Se abandona Berlín y París de un plumazo.
La aerolínea ha indicado que sus aviones tienen una ocupación del 97 por ciento, lo que significa que el problema es grave porque con esas ocupaciones, si las tarifas son correctas y los costes también, tres años después de haber entrado en servicio no debería de haber pérdidas.