
Desde el primero de enero de 2026, los no europeos tendrán que pagar más por las entradas a los centros culturales relevantes en Francia, según anunció Rachida Dati, ministra de Cultura (Alarma en Francia por la caída de viajes aéreos).
Los primeros lugares que tendrán esta tarifa doble serán los palacios de Versalles, el museo del Louvre, la Opera Garnier, el Arco de Triunfo o el castillo de Chambord.
Hoy la entrada al Louvre cuesta para todo el público 22 euros y desde el año que viene subirá a 30 euros para los europeos y 35 para los no europeos.
La medida no pretende disuadir a los visitantes, sino que los extranjeros ayuden a financiar el costosísimo mantenimiento y modernización de estas atracciones. En el caso de Versalles, los no europeos son el 42 por ciento de los 8 millones de visitantes, con muy pocas posibilidades de que su número se reduzca por el precio, dado que nadie viaja desde lejos para terminar disuadido por la entrada.
La medida ha sido criticada por quienes aducen que una ley francesa de 2002 dice que “los precios de las entradas se han de fijar de una forma que promuevan el acceso a la cultura a la mayor cantidad de público posible”, sin hacer referencias a la nacionalidad.
El presidente Macron ha apoyado esta medida de su ministra de forma explícita. En 2027 probablemente se ampliará a otros museos.