

El turismo en España continúa consolidándose como uno de los pilares económicos del país, tanto a nivel nacional como internacional. Durante el primer semestre de 2025, el número de pasajeros internacionales creció un 6,4% respecto al mismo periodo del año anterior, alcanzando los 52 millones de visitantes. Este flujo turístico generó un gasto total superior a los 46.500 millones de euros, lo que evidencia no solo una recuperación del sector, sino también su transformación hacia un modelo más exigente y sostenible.
Este crecimiento viene acompañado de un cambio en el perfil del viajero, cada vez más orientado a experiencias personalizadas, sostenibles y de mayor calidad. En este contexto, las empresas turísticas deben evolucionar más allá de la captación de visitantes, centrándose en tres áreas clave: sostenibilidad, ciberseguridad y experiencia del viajero.
Sostenibilidad: una exigencia del cliente y del inversor
La sostenibilidad se posiciona como un eje estratégico para el desarrollo del sector. Según los últimos datos, el 72% de los consumidores de la Generación Z priorizan la sostenibilidad en sus decisiones de compra. Además, los inversores también demandan cada vez más la integración de criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en las estrategias corporativas de las empresas turísticas.
“La sostenibilidad no solo es una ventaja competitiva, sino una fuente de valor a largo plazo”, afirma Carles Sirera, socio-director del área de Travel/Hotel/Tourism en Stratesys. “Las compañías que apuesten por ella podrán atraer a clientes más fieles y acceder a incentivos fiscales y financiación verde, mejorando su rentabilidad”.
La transformación digital, en este sentido, se convierte en un aliado fundamental para implementar prácticas sostenibles. Desde la eficiencia energética en hoteles hasta la movilidad verde en destinos, la digitalización permite reducir el impacto ambiental sin renunciar a la rentabilidad ni a la mejora de la experiencia del cliente.
Ciberseguridad: proteger la confianza en un entorno digital
Con el aumento de la digitalización, la ciberseguridad se ha convertido en una prioridad para el sector. La gestión de grandes volúmenes de datos personales y financieros exige infraestructuras seguras y protocolos claros para proteger tanto la privacidad del cliente como la reputación de las empresas.
“La formación continua del personal y la implementación de soluciones robustas de ciberseguridad son claves para prevenir riesgos”, añade Sirera. Asimismo, una comunicación clara sobre las políticas de protección de datos influye directamente en la confianza del cliente y en la fidelización.
Experiencia del viajero: personalización a través de la tecnología
El nuevo turista busca experiencias más personalizadas, ágiles y diferenciadas. Herramientas como la inteligencia artificial, el análisis predictivo y la automatización permiten crear propuestas hiperpersonalizadas, adaptadas a las preferencias de cada viajero.
La digitalización de procesos como el check-in online, la atención multicanal o la gestión automatizada de incidencias mejora la eficiencia operativa, reduce costes y, sobre todo, incrementa la satisfacción del cliente. Además, el uso de datos en tiempo real permite anticipar necesidades y ofrecer una experiencia optimizada en todos los puntos de contacto.
En un entorno cada vez más competitivo y cambiante, apostar por estas tres áreas estratégicas será clave para que las empresas turísticas mantengan su liderazgo y sigan impulsando uno de los sectores más dinámicos de la economía española.