
Baleares registró en el primer semestre un 35% más de turistas que han optado por alojamientos de alquiler, mientras los hoteles perdieron un 4%, según el Instituto de Estadística de las Islas Baleares (Ibestat).
El auge del alquiler turístico es mayor en Mallorca, con un crecimiento de casi el 40 % entre enero y junio, con unos 600.000 turistas en total, según el Diario de Mallorca.
Este dato coincide con conocerse que Baleares tiene en proyecto 32 hoteles para los próximos tres años, menos incluso que Galicia, y la octava parte de los 260 que se planifican en Andalucía para mejorar su oferta.
La apuesta por Airbnb desde 2015 en el Archipiélago se constata con la barra libre de las autoridades a que 90.000 plazas salieran del mercado de 500.000 hogares para pasar a un uso turístico, en una detracción avalada este año con una regularización autonómica.
Los gobiernos de distinto signo en la última década han privilegiado así a un modelo que fomenta el consumo en supermercados antes que en restaurantes o comercios, y que es el que invade espacios vecinales, contribuyendo a la conflictividad y a la pérdida de identidad, unido a su menor aportación fiscal y de creación de empleo.
El respaldo a este modelo de masas frente a uno de más calidad está llevando a que las islas vayan descendiendo en cuanto al interés inversor por mejorar la oferta, en contraste a lo que se está registrando en comunidades como la andaluza o la madrileña.