
Estos días se ha sabido que Airbus está pensando en cerrar la línea de producción del A319neo. Simplemente porque no se vende. Y no se vende porque no es fácil, para nada, hacer un avión que satisfaga a las aerolíneas, un cliente muy exigente. Francamente, hay tantas cosas que comprobar, que investigar, que encajar, que es mucho más fácil que un avión fracase que lo contrario (Pasajero dos millones para el nuevo avión chino C919).
En este escenario es donde irrumpe Comac, el fabricante chino, con su C919, rival directo del A320 y del B737. Comac, no lo olvidemos, en realidad es el gobierno chino. Tiene que hacerse un hueco entre Boeing, Airbus y Embraer, a quien tampoco hemos de olvidar.
Lo primero: es muy difícil que alguien haga las cosas mejor que como las está haciendo Comac. Está metiendo dinero brutalmente para conseguir tener credibilidad, para que el avión no de una sorpresa negativa. Lo más importante es evitar un incidente. Y eso por el momento lo están consiguiendo. Lo segundo: apostó correctamente por el modelo medio, sin buscar nada sorprendente, sólo lo que más o menos hacen todos sus rivales. Y con tecnología contrastada, por lo que ha optado por motores occidentales.
El avión funciona, va bien, no tiene problemas de ningún tipo, por lo que por el momento es un éxito.
Pero parece que no es competitivo.
Haciéndolo todo bien, ahora que el avión lleva un tiempo volando, se ha sabido su consumo de combustible. Tiene motores occidentales, pero el consumo no es sólo un tema del tipo de motor, sino que afecta a todo el diseño. Incluso a veces parecería que ni el propio diseñador sabe cómo va a funcionar. Por ejemplo, el A319 no va tan bien en este sentido. pero, sorprendentemente y sin que el fabricante lo hubiera esperado, el A330neo es altamente eficiente en consumo, lo que está convirtiendo este modelo en un éxito de ventas.
Ahora que se tienen datos del C919 se sabe que consume bastante más que el A320neo, el cual ya también es bastante peor que el B737Max, el más eficiente en su segmento.
Los clientes lo saben, de manera que es difícil que con precios comparables compren este modelo. Pero lo que es importante es explicar la tremenda dificultad que tiene competir en este entorno: se necesita todo el dinero del mundo, todo el conocimiento posible, y aún así el riesgo de no acertar es muy elevado. Los tres operadores existentes, desde luego, tienen mérito y hay que admitirlo.