

¿Cómo será el turismo del futuro? No lo sabemos a ciencia cierta, lo que está claro, es que España será actor principal. Con 52 millones de pasajeros internacionales en los primeros seis meses del año y más de 46.500 millones de euros en gasto turístico, el sector turístico en España consolida su recuperación y crecimiento, tras años marcados por la incertidumbre global. Las cifras, publicadas por Turespaña, suponen un aumento del 6,4% respecto al mismo periodo de 2024 y refuerzan el papel estratégico del turismo como motor económico del país.
Sin embargo, más allá de los buenos resultados, el sector se enfrenta a una transformación estructural impulsada por un viajero cada vez más informado, digital y comprometido con el impacto de sus decisiones. Las prioridades han cambiado, y hoy la sostenibilidad, la ciberseguridad y la personalización de la experiencia son elementos clave en la toma de decisiones tanto por parte del cliente como de los inversores.
Sostenibilidad: mucho más que una tendencia
La sostenibilidad se ha convertido en una de las principales palancas de diferenciación para las empresas turísticas. De hecho, un estudio de Deloitte revela que el 72% de los consumidores de la Generación Z y el 66% de los millennials consideran la sostenibilidad un factor determinante a la hora de elegir un producto o servicio.
En el ámbito turístico, esta exigencia se traduce en la implementación de prácticas sostenibles que abarcan desde la eficiencia energética en hoteles hasta la gestión de residuos, pasando por opciones de movilidad baja en emisiones. Además, los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) se han consolidado como un estándar para los fondos de inversión y organismos de financiación pública.
«Las empresas que lideren en sostenibilidad no solo atraerán a un perfil de cliente más fiel y dispuesto a pagar por experiencias responsables, sino que también se beneficiarán de incentivos fiscales y acceso a financiación verde», afirma Carles Sirera, socio-director del área de Travel/Hotel/Tourism en Stratesys.
Ciberseguridad: confianza como activo estratégico
En paralelo al avance digital del sector, la ciberseguridad emerge como un eje prioritario. La gestión de datos personales, las plataformas de reservas y los sistemas de pago online son blancos frecuentes de ciberataques. Según el informe “Threat Landscape for Tourism” de ENISA (Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad), el turismo es uno de los sectores más vulnerables por su alta dependencia tecnológica y la variedad de proveedores implicados.
En este contexto, garantizar la protección de la información del cliente no solo mitiga riesgos legales y reputacionales, sino que refuerza la percepción de marca y mejora la fidelización. “Las empresas que comunican eficazmente sus políticas de protección de datos y demuestran su compromiso con la seguridad están viendo mejores resultados en la fidelización de sus clientes”, añade Sirera.
Personalización y tecnología: el nuevo estándar de experiencia
La experiencia del viajero ha dejado de ser un proceso lineal para convertirse en un viaje personalizado, conectado y dinámico. Herramientas como la inteligencia artificial, los sistemas de gestión de datos (CDP), el análisis predictivo y la automatización permiten ofrecer experiencias hiperpersonalizadas, desde la búsqueda del viaje hasta el post-estancia.
La digitalización de procesos como el check-in online, la atención multicanal o la gestión de reclamaciones ha dejado de ser una ventaja competitiva para convertirse en una exigencia. Según un informe de McKinsey, el 71% de los consumidores espera que las empresas ofrezcan interacciones personalizadas, y el 76% se frustra cuando esto no ocurre.
“El uso de la tecnología no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también permite anticiparse a las necesidades del viajero, ofreciendo experiencias memorables que impulsan la fidelización”, concluye Sirera.
Imágenes cedidas: Tomasz Frankowski en Unsplash