
El aeropuerto de Palma atraviesa, desde el pasado 3 de agosto, unas jornadas de colapso en los controles de seguridad, provocada por la reducción de líneas de inspección de equipajes por las obras que se están realizando en las instalaciones. El diario Última Hora apunta que ocho de las 38 líneas previstas para esta temporada no están operativas, lo que genera largas esperas y aglomeraciones en horas punta (Las obras en el aeropuerto de Palma indignan a pasajeros y trabajadores).
Según Aena, el domingo había 20 líneas abiertas de las 30 disponibles, aunque insisten en que estos episodios son “situaciones puntuales”. Así, echa balones fuera alegando que la empresa concesionaria del servicio de seguridad es la que determina cuántas líneas se activan en cada momento, en función del tráfico previsto. “Aena informa con antelación para que pueda adaptar su servicio a la demanda”.
Inicialmente, el plan contemplaba 44 líneas para esta temporada turística, pero finalmente se optó por habilitar 38, cifra que se considera suficiente. No obstante, de esas 38, aún hay ocho fuera de servicio: tres se abrirán a lo largo de agosto y las cinco restantes no estarán disponibles hasta que acabe la temporada.
A pesar del colapso registrado el pasado domingo, desde el gestor aeroportuario defienden el funcionamiento del sistema y minimizan el incidente. “Fue algo puntual que sucedió durante unos minutos pero que rápidamente se solucionó”, afirman. Añaden que el tiempo medio de espera es de 10 minutos y que “más del 98 % de los pasajeros pasa en menos”.
Sin embargo, varios pasajeros afectados han informado al citado medio que la situación es muy distinta. “Hay que irse con mucho tiempo de antelación, más del recomendado, si no quieres perder el vuelo”, advierten, calificando la situación vivida como “auténtico caos”.