
Los Hidalgo en el último lustro han emprendido un desguace de Globalia a fin de salvar Air Europa, la joya de su patrimonio. Primero cedieron el 51% de sus emisores a Barceló, que se acabó quedando por un euro con el 49% que no tenía. Y luego sus hoteles, de los que vendieron dos a Stoneweg y Bain, y cedieron otros a Hyatt, hasta la reciente operación con Ona que revela ‘Desarrollo‘.
De Halcón, Travelplan, Welcome, o Be Live, el conglomerado que un momento iba a ser el gran gigante turístico español de haberse materializado su absorción de Orizonia, finalmente se ha concentrado en su aerolínea, que ahora tiene a Iberia con un 20% de su capital, mientras negocia con Turkish y Etihad para venderles otro 25% y sacar a la SEPI de su pasivo.
Por el camino han quedado desacuerdos con Bluebay, Air France-KLM o Lufthansa, mientras el gran negocio a su costa lo hizo Ávoris gracias a que el músculo hotelero de su accionista le permitió desplazarle del capital de su emisor por su capacidad de asumir la deuda en un momento de asfixia del grupo que lidera Juan José Hidalgo.
Propiedades en Dominicana, Estepona y Cala Major sobreviven como las únicas principales junto a una Air Europa en el ojo de la polémica por el rescate estatal, ante las relaciones con Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, y por la condena por estafa con el descuento de residente, el mayor fraude al Estado de la historia.