

La reputación del turismo en Castilla y León ha alcanzado una puntuación de 7,1 sobre 10, situándose por encima de la media nacional y compartiendo la segunda posición con Asturias y Aragón, según el Barómetro de Reputación Turística de LLYC, queanaliza la conversación digital en redes sociales, foros y medios online en las 17 comunidades autónomas. Sobre la región se registraron 11.573 mensajes, con un 59,5% de sentimiento positivo, 21,5% negativo y 19% neutro.
Uno de los principales motores de este resultado ha sido la Semana Santa de Valladolid, declarada de Interés Turístico Internacional. Este evento registró un incremento del 16,6% en visitantes, consolidando a la ciudad como un referente cultural y religioso. A su vez, mejoró su calificación como Destino Turístico Inteligente, gracias a avances en gobernanza, tecnología, accesibilidad y sostenibilidad, lo que ayudó a tener un 18% más de viajeros y un 16% más de pernoctaciones en abril.
En paralelo, la ciudad potenció su oferta enogastronómica, con eventos y colaboraciones que incrementaron su proyección nacional e internacional, atrayendo a visitantes interesados en la gastronomía local y fortaleciendo la economía regional. Lo eventos deportivos también fueron clave
Por su parte, la provincia de Soria experimentó un notable auge del turismo rural, impulsado por el reconocimiento de municipios como algunos de los Pueblos Más Bonitos de España. Esta tendencia refleja el interés por experiencias auténticas y sostenibles vinculadas a la naturaleza y el patrimonio histórico.
Los retos del destino
Pese a los avances, el informe también recoge temas que afectan a la percepción turística. Entre ellos destacan los accidentes turísticos en Segovia, donde un turista británico cayó desde el mirador del Acueducto, poniendo en evidencia la necesidad de mejorar las medidas de seguridad para que sean más estrictas y efectivas. También Valladolid ha enfrentado hechos de inseguridad, ya que se han reportado varios casos de robos en establecimientos hoteleros y apartamentos turísticos.
Como en el resto de las comunidades autónomas, el aumento de los pisos turísticos en Valladolid ha generado un impacto negativo, con problemas relacionados con el ruido, la seguridad y la convivencia. La situación ha generado un debate sobre su regulación y su impacto en la calidad de vida de los vecinos.
Otro objeto de controversia ha sido la gestión del turismo en Burgos, con problemas relacionados con la infraestructura turística y la regulación de los pisos turísticos. Se ha reportado un aumento en las quejas por parte de los residentes sobre la falta de servicios turísticos adecuados y el impacto negativo de los pisos turísticos en la comunidad local.