
Se ha armado una revolución en Venecia en torno a la propuesta de Setrak Tokatzian, el presidente de la asociación de comerciantes de la plaza de San Marcos: ha dicho que el impuesto diario a los turistas que van a la ciudad y no pernoctan, debería subir a cien euros diarios. Hoy se aplica sólo en ciertos días y es de cinco euros (Venecia dobla la tasa a los visitantes de última hora).
El argumento que da el empresario, no olvidemos que preside de la patronal, es que cada día se ve llegar muchísima gente a la ciudad “pero nadie compra nada. A estos turistas que llegan en lancha les cobraría cien euros a cada uno”. Dice que eso limitaría las llegadas y en cambio daría cabida a “la gente amable, a los que se interesan por la ciudad, a los que realmente aportan algo”.
El debate se abre el mismo día en que se cumplen dos años de la entrada en vigor del impuesto intermitente al turismo, del cual el Ayuntamiento asegura que ha sido un éxito. Pese a que no ha conseguido bajar el número de viajeros, el municipio sí dice que ha logrado educar a los visitantes para que elijan fechas en las que hay menos congestión.
El presidente de los hoteleros, Gabriel Mellluso, considera que la propuesta de los comerciantes “es descabellada e inviable y daña la imagen de Italia en el extranjero”. “La verdad –añade– es que la gente no compra en Venecia porque los precios son demasiado altos”.