
“La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) obligó a Correos a contratar el avión con Ávoris, a instancias de Hacienda”. Así lo aseguran a The Objetive fuentes de las instituciones y empresas públicas implicadas en la operación que trajo consigo la firma de un contrato entre Iberojet y Correos Cargo (Ávoris: en entredicho el contrato sin concurso de Correos para Iberojet).
Según desvela el citado medio, fuentes de la SEPI confirman que las órdenes de contratar a dedo a la aerolínea de Ávoris, por entonces participada al 49,5% por Globalia, “vinieron del Ministerio de Hacienda”. El argumento fue que “si había una necesidad de una compañía aérea (para el proyecto de Correos Cargo) y tenemos una que nos debe dinero, era mejor que lo llevara esta compañía para que cobrara dinero extra y tuviera más facilidad de pagos”.
Es decir, el Gobierno decidió renunciar a un concurso público y sellar el acuerdo con Iberojet para así “darle carga de trabajo para poder pagar el rescate”. Cabe recordar que Ávoris y Globalia recibieron una inyección estatal de 320 millones de euros en marzo de 2021. Dicha ayuda era condición sine qua non para llevar a cabo la fusión de la división de viajes de Globalia con Ávoris, de cuyo grupo resultante fue forzado a salir el primero a finales de 2022 (Ávoris: Barceló formaliza la compra a Globalia).
Como informó Preferente, el contrato sin concurso de Correos para Iberojet, del que Pedro Saura (presidente de Correos) se negó a dar explicaciones, fue todo un fiasco y se extinguió al cabo de un año.
El proyecto, anunciado en enero de 2022, tocó a su fin un año después, tras múltiples problemas operativos, y supuso un coste millonario asumido por la entidad pública. Tras la ruptura, Ávoris exigió a Correos 38 millones de euros por los supuestos gastos operativos en los que incurrió para la puesta en marcha del proyecto, protagonizando a partir de entonces una guerra con Correos.