
En esta época estival en la que muchos turistas eligen su destino de vacaciones, hay una modalidad de turismo que ha venido ganando adeptos en los últimos años por derecho propio. Es el conocido como turismo rural, que se aleja de las playas y pone el foco en la naturaleza y la tranquilidad.
¿Existe el turismo de lujo en entornos rurales? Sí, existe. Históricamente, el lujo ha sido asociado a conceptos como exclusividad u ostentación. Hoy en día, estamos viviendo una transformación en la forma de consumir un producto o servicio de alto valor en la cual el cliente prioriza la calidad, el valor experiencial y auténtico, descubriendo nuevas tendencias y redefiniendo así, el concepto de estatus.
En la era del bienestar y la sostenibilidad, donde el lujo se mide por experiencias memorables, la España rural ofrece la posibilidad de conectarse con la naturaleza y sumergirse en paisajes sobrecogedores proporcionando una sensación de privacidad. Alejarse del turismo masificado, explorar la cultura y comunidades locales de una manera mucho más íntima, donde la exclusividad es medida no solo por las infraestructuras o servicios, sino por la capacidad del destino de ofrecer momentos que enriquezcan el viaje.
En el lujo de lo rural, los turistas encontrarán alojamientos de alta calidad. Casas de campo, lodges elegantes o villas. No es de extrañar, que el éxito de este tipo de turismo haya atraído la atención a grandes cadenas nacionales e internacionales, impulsadas por quienes desean escapar de la ciudad, por los nómadas digitales y por aquellos turistas que abanderan una forma de viajar “ slow”. La apuesta de Six Senses en Ávila es solo el principio. Cada vez más inversores están explorando el potencial en este tipo de destinos.

En el lujo de lo rural las experiencias son únicas y a medida. Excursiones privadas, talleres de arte o gastronomía, exploraciones guiadas de la fauna y flora local, cenas privadas al aire libre, retiros de bienestar, catas de vino y productos locales, observación de estrellas o gastronomía gourmet.
Cuando se implementa de manera sostenible y responsable, el turismo de lujo en entornos rurales, pueden llegar a ser un motor de crecimiento para las comunidades, fortaleciendo su economía y empleo, estimulando negocios locales, preservando su cultura creando alianzas estratégicas con productores en destino y generando un desarrollo inclusivo que beneficie tanto a turistas como a residentes.
Porque el silencio también es lujo, apreciemos la desconexión del ruido y la conexión con la naturaleza. Disfrutemos de una siesta en un jardín, de un paseo por el río, de una deliciosa cena con productos sembrados y recolectados de la mano de agricultores locales o de un buen vino elaborado por una bodega de autor, de producción limitada, mientras admiramos Las Perseidas en las noches de verano.
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