
Luca Pisoni, responsable durante la pasada década del emblemático pub Shamrock en el Paseo Marítimo de Palma de Mallorca, ha revelado a Última Hora que el auge del modelo Airbnb deriva el gasto al consumo en supermercados. A su juicio, también este tipo de alojamiento está debilitando el comercio tradicional.
En esta línea, el presidente de Mallorca CAEB Restauración, Juanmi Ferrer, señala al mismo medio que “este año cerrarán centenares de restaurantes en Mallorca, el verano no está siendo bueno”, al tiempo que resalta que hay zonas como el Port de Sóller, Sant Elm o el Port d’Alcúdia que la ocupación no llega al 40 por ciento.
“Hemos llegado al punto de que en el Port de Sóller hay restaurantes que está dando vacaciones a su personal en pleno mes de julio”, abunda en este sentido, y apunta que la gran mayoría de turistas no acuden a los restaurantes, sino que “son los conocidos como turistas de bocadillo”.
El modelo Airbnb viene siendo promovido por los gobiernos autonómicos de distinto color político desde el 2015. El previo al actual estimuló que se detrajeran del mercado de hogares unas 90.000 plazas turísticas respecto a un total en las islas de cerca de 500.000 viviendas, mientras el presente ha regularizado esta extracción de usos residenciales hacia su explotación de corta estancia.
Los restauradores se unen así a las quejas de agentes de viajes y también de sindicatos sobre este modelo de vivienda vacacional que se caracteriza por un cliente de menos poder adquisitivo, y que genera además una menor contribución fiscal y al empleo en comparación a la oferta reglada, además de perturbar la convivencia vecinal y deteriorar la identidad local.