
Los datos son espectaculares: en España en lo que va de este año hay un incremento de tráfico aéreo del 13 por ciento y en Portugal del 17 por ciento respecto a 2019, el último año normal antes de la pandemia. En Francia, en cambio, hay un descenso del 4 por ciento en el mismo periodo (Francia arruina la aviación chárter triplicando impuestos).
La patronal de aeropuertos, la de las pequeñas y medianas empresas y la Federación Nacional de la Aviación están poniendo el grito en el cielo por una situación de la que culpan al Gobierno y sus políticas fiscales sobre la aviación, que están causando esta crisis.
Francia ha descendido al sexto puesto en el volumen de pasajeros en Europa, por detrás de Turquía e Italia. Este verano, si las previsiones se cumplen, Francia será el único país en el que habrá una caída del tráfico aéreo en Europa. Air France, además, se ha retirado de las rutas aéreas nacionales y las aerolíneas extranjeras sufren una gran presión fiscal.
Thomas Juin, portavoz del sector, dice que “estamos quedándonos detrás de Europa. Las aerolíneas ya no tienen ningún interés en quedarse cuando sus márgenes se ven más erosionados aún por los impuestos. Si el Gobierno no cambia su postura, las aerolíneas tendrán que tomar decisiones en contra del interés general francés para la próxima temporada invernal. Estamos optando por el decrecimiento, olvidando el turismo y la economía, mientras el sur de Europa –en referencia a Italia, España, Grecia y Portugal– va en sentido contrario”.