
Desde el cambio de siglo, Ryanair ha protagonizado el mayor crecimiento de la aviación comercial, pasando de ser un actor secundario con 30 aviones a convertirse en número uno de Europa con más de 600 aeronaves y una cifra estimada de más de 200 millones de pasajeros para el presente ejercicio (Ryanair roza en 2024 los 200 millones de pasajeros, un 8% más).
Preguntado por la posibilidad de que la compañía vaya un paso más allá y se atreva con el largo radio, su CEO, Michael O’Leary, prefiere no cerrar la puerta por completo. “no creo que suceda, aunque nunca digas nunca”, señala.
“¿Quién sabe qué puede pasar en el futuro?”, se pregunta el líder de la low cost irlandesa. No obstante, reconoce que “el mercado transatlántico es muy distinto” y sería difícil encontrar un encaje para el modelo de Ryanair, enfocado en exprimir al máximo las operaciones para sacar el mayor rendimiento operativo.
O’Leary considera que el caso de Norwegian ejemplifica lo complicado que puede resultar este giro comercial. “Lo intentó y perdió dinero”, indica, al tiempo que reconoce la fortaleza de grupos aéreos como Iberia, Air France y Lufthansa.