
El consejero delegado del grupo Ryanair, Michael O’Leary, ha señalado que “no quiero ningún dinero de las maletas. Prefiero que los pasajeros vuelen sin maletas”, ya que transportar maletas de cabina “cuesta dinero”.
“Tenemos personas empleadas para poner las maletas en el avión, el avión pesa más y consume más combustible”, ha recalcado para justificar el cobro por este servicio. Por eso, considera que el cobro por este servicio “extra”, que “no busca más que la eficiencia operativa”, es necesario para seguir manteniendo su política de tarifas bajas.
Con ello abre el debate sobre si para las aerolíneas resulta más beneficioso lucrarse con este ingreso añadido por equipaje, o gastar menos en personal y en gasolina ante una carga más ligera, y embarques más rápidos.
Los reyes de la eficiencia aérea como son los líderes del low cost dicen así preferir menos líos al ahorrarse el trabajo que supone la gestión de las maletas, especialmente con el desgaste en tierra de comprobar medidas y bajarlas a bodega.
Del mismo modo que han ido educando a los pasajeros sobre el check-in y otros procesos, pueden acabar influyendo en que viajen menos cargados. Ahora el gran tedio de volar puede ser la tensión y paciencia necesaria con las colas y las riñas sobre el equipaje.