
Gabriel Escarrer, presidente y CEO de Meliá Hotels International, se pronuncia con la franqueza que le caracteriza sobre dos cuestiones de candente actualidad: la gestión de los fondos de la ecotasa en Baleares y la falta de contundencia de las administraciones para atajar los problemas derivados del desmadre del alquiler vacacional.
Pregunta. Ha sido muy crítico con la gestión de los fondos de la ecotasa en Baleares, señalando que solo se ha ejecutado un 12% de lo recaudado desde 2016. ¿Qué modelo alternativo propondría para que estos fondos realmente beneficien al destino y al turismo sostenible?
Respuesta. Lo ocurrido en las Islas Baleares, donde no solo yo, sino la propia Sindicatura de Cuentas acaba de publicar que desde 2017 se habrían recaudado casi 700 millones de euros por la llamada ‘Ecotasa’, mientras que únicamente se habrían invertido 59 millones, (y estos con insuficiente justificación documental), pone en evidencia no solo que el sector tenía razón al denunciar la discriminación e injusticia que supone imponer una tasa adicional para fines puramente recaudatorios, sino su patente ineficacia. Se ha demostrado que un nuevo impuesto, aplicado solo a las pernoctaciones, no tiene un impacto disuasorio relevante sobre la demanda, (especialmente en las temporadas altas, donde hay una mayor tensión en los destinos), y que no “ataca” los principales factores de la saturación, que son el incremento poblacional, la deficiente planificación de infraestructuras y servicios, la proliferación de modelos de oferta ilegal o descontrolada como las de alquiler vacacional, etc.
Dicho esto, si queremos mantener nuestra competitividad y no acabar con la “gallina de los huevos de oro” que ha representado ser el turismo para España (como único sector en que ocupamos la primera posición en competitividad y en llegada de turistas, y responsable de gran parte del destacado crecimiento del PIB español en los años de la recuperación post-Covid) ) es urgente e imprescindible contribuir a la mejora de la calidad y sostenibilidad del modelo turístico, y para ello, desde el sector estamos proponiendo e incluso contribuyendo al análisis y diagnóstico de la situación y a la propuesta de soluciones.
Desde Exceltur venimos reclamando diversas líneas de actuación y medidas que nos ayudarían a avanzar hacia el modelo cualitativo y sostenible que deseamos, como: consensuar una estrategia turística-país hasta 2030, por encima de programas y legislaturas políticas; priorizar la inversión en calidad y sostenibilidad y el Plan Turismo Litoral 2030; fortalecer y reorientar los instrumentos de marketing y promoción; agilizar y mejorar la conectividad y la movilidad sostenible; y potenciar los sistemas de gobernanza público-privada y pública-pública.
Por lo tanto, a su pregunta debo responder que yo no buscaría un destino alternativo para estos fondos, sino que sustituiría la imposición de impuestos y tasas por instrumentos testados y pactados de gestión activa de los problemas y retos del sector y los destinos. Cobrar impuestos a las pernoctaciones, por una parte, solo merma nuestra competitividad frente a otros destinos que no lo hacen, y, en segundo lugar, detrae un dinero de los bolsillos de los turistas alojados, que de otra manera se podrían gastar en la oferta complementaria de nuestros destinos, con un efecto multiplicador mucho mayor en la economía local que el de estos impuestos (como a la vista está).
P. Usted ha advertido que para combatir la saturación turística no hay que frenar la demanda, sino ordenar la oferta y erradicar la ilegal. ¿Está fallando la administración en este sentido? ¿Cómo valora el impacto de las viviendas turísticas no reguladas en destinos como Baleares o Canarias?
R. Este es un tema extraordinariamente complejo y poliédrico, porque la saturación no tiene un origen unívoco en el turismo, que lleva muchas décadas con nosotros, sino que entran en juego factores como el incremento de población (sin una adecuada planificación o dimensionamiento de las infraestructuras y los servicios públicos), el nomadismo digital o, por supuesto, el crecimiento exponencial de la oferta alojativa de los destinos que ha provocado el fenómeno del alquiler vacacional a través de plataformas, sin sujetarse a planeamiento ni regulación alguna, muchas veces ilegal y no registradas siquiera como actividad económica, bajo el engañoso marchamo de la llamada “economía colaborativa”. Los datos hablan por sí mismos: mientras las plazas hoteleras se incrementaron en los últimos 10 años entre un 2 y un 5%, las de alquiler vacacional se incrementaron en un 135%.
Y no se trata tan solo de la saturación que todos percibimos, sino de profundas perturbaciones en el mercado de la vivienda debido al trasvase masivo de la oferta de pisos y casas de alquiler tradicional a modelos turísticos. Al déficit de vivienda nueva en Baleares se suma la ausencia de oferta de alquiler residencial; incluso, el informe de una institución económica tan rigurosa como el Banco de España concluía hace un mes que el alquiler vacacional consume actualmente el 50% de la oferta de alquiler total de los destinos en logares como Canarias o Baleares.
Con una catástrofe habitacional como la actual, resulta incomprensible que no se adopten medidas de ordenación y regulación de estos modelos, que pasan por eliminar en primer lugar la totalidad de la oferta ilegal, y, en segundo lugar, por acotar las licencias de VUT a las necesidades y límites de carga de los destinos y zonas tensionadas. Muchos destinos top internacionales están poniendo coto a estos modelos y, sin embargo, en Baleares se acaban de consolidar más de 90.000 viviendas turísticas, que podrían haber sido retornadas al mercado residencial.
P. En mayo indicó que no se apreciaba una desaceleración en las reservas. ¿Se mantiene ese optimismo?
R. Efectivamente, con toda la prudencia que requiere la situación de volatilidad y tensión geopolítica actual, las ventas en libros y los resultados de la última campaña promocional “Wonder Week” apuntan a una ligera mejora de ingresos respecto al año anterior, siguiendo con la tendencia anticipada para este año hacia una normalización del crecimiento, con un volumen de reservas similar al año anterior, y un ligero incremento de precio medio.
En los hoteles vacacionales se espera un crecimiento de ingresos de un dígito medio, impulsado principalmente por el precio medio, gracias a factores como la mejora de la venta de habitaciones superiores y al incremento de canales estratégicos como el cliente directo. UK & España siguen siendo las nacionalidades que más crecen en valores absolutos, aunque EEUU registra el mayor incremento porcentual, superior al 10%. En cuanto a hoteles urbanos, la foto de crecimiento es similar, destacando Meetings&Events como el segmento que más crece junto a cliente directo, y el mercado español como el de mayor contribución.
Por último, diría que, debido a la situación de Medio Oriente, estamos teniendo cancelaciones puntuales de países cuyos vuelos de origen deben cruzar la zona de conflicto, pero que no representan un impacto notable sobre la situación general.