
Un alto tribunal británico ha dictado una sentencia con serios efectos sobre el modelo de negocio de Ryanair: ha prohibido que un piloto de avión comercial pueda ser su propio empresario y que no tenga derecho a vacaciones, enfermedad, etcétera.
El caso lo plantea Jason Lutz, que trabaja para una agencia de empleo. Como empresario de sí mismo, o sea autónomo, ha sido contratado por Ryanair, pero el asunto ha acabado en los juzgados. Ahora, la decisión ha llegado a una corte de apelaciones que ha dicho que no es posible que un piloto que trabaja para una aerolínea no sea empleado por cuenta ajena, con derecho a vacaciones, descansos, y retribución en caso de enfermedad.
Balpa, que es el Sepla de Gran Bretaña, ha dicho que esta sentencia tiene grandes consecuencias porque hay muchas empresas en las que trabajan personas como autónomos cuando deberían ser empleados por cuenta ajena.
Amy Leversidge, de Balpa, afirma que “esta es una sentencia fundamental no sólo para Jason Lutz y para los demás pilotos sino para todos los trabajadores de agencias de empleo en el sector de la aviación. Durante demasiado tiempo los trabajadores se han visto privados de sus derechos debido a estas prácticas”.
La sentencia es unánime y apunta a que no se puede usar esta figura para eludir las protecciones que ofrece la legislación laboral.