
Lo que hasta ahora ha declarado Víctor Gonzalo de Aldama sobre las prácticas ilícitas de los políticos del PSOE y los empresarios de dudosa ralea coincide plenamente con las investigaciones de la Guardia Civil. Todas se están cumpliendo sin excepción alguna.
Aldama le advirtió a Sánchez, nada más salir de la cárcel —noviembre de 2024—, que si quería pruebas sobre las implicaciones de su guardia de corps las acabaría teniendo. Dicho y hecho: la cúpula del PSOE está imputada y el propio presidente muy tocado.
Al empresario y comisionista vinculado a Ábalos, Koldo y otra caterva de zahúrdas y presuntos corruptos como el ex secretario de la OMT, le altera sobremanera que políticos y personajes públicos lo ridiculicen o se mofen públicamente de él cuando manifiesta cualquier cosa sobre la mamandurria de Ferraz y Moncloa.
VdA se rebela irritado como un niño pequeño cada vez que los poderosos le llevan la contraria. Que Francina Armengol niega que lo conozca, exclusiva en los medios aportando pruebas irrefutables de reuniones en el despacho de la política cuando ejercía de presidenta de Baleares (La reunión de Armengol con Hidalgo y Aldama se ocultó de la agenda).
Y así con todos los que han negado que lo conocieran o se hubieran reunido o visto con el comisionista: Reyes Maroto, María Jesús Montero —puso la mano en el fuego por su jefe de gabinete Carlos Moreno— y otros tantos miembros del Gobierno, Ferraz y Moncloa.
Víctor de Aldama, sin embargo —coincidencia o no— jamás ha puesto en el disparadero a los Hidalgo. Nunca se ha metido con ellos ni ha sacado a relucir los asuntos no aclarados sobre la deuda de Venezuela, el rescate de la SEPI, el pago a Ábalos, la relación con Begoña, etc. Mutis total.
Y los Hidalgo, de su parte, tampoco nunca han cuestionado al exasesor de Air Europa. Otros encausados sí lo han hecho, el primero de ellos el propio Ábalos, a quien le faltó tiempo al poco de estallar el escándalo del caso Koldo en manifestar en La Sexta que era cosa de “un asesor de Air Europa que iba por el ministerio”.
Cuanto más poder tiene el acusador, peor reacciona Víctor de Aldama, quien en su pacto con la fiscalía para autoinculparse y con ello reducir su previsible pena carcelaria, da pelos y señales. Zapatero lo ha vivido en sus propias carnes (“lo llevé en mi avión privado desde Caracas a República Dominicana”).
Hidalgo padre siempre receló de Aldama. No entendía que tuviera más nivel y contactos que Zapatero, Bono o Blanco. Hidalgo hijo, por el contrario, sí se apoyó en el comisionista amigo de Begoña, de Ábalos, de Koldo, del georgiano de la OMT y otros personajes (Confirmado el recelo de Hidalgo padre hacia Aldama).
Un silencio el de Aldama que hasta ahora le funciona muy bien a la familia de origen salmantino. Si hay o no algo ilegal sobre el rescate, la deuda, las mascarillas, etcétera, solo lo saben la UCO, el fiscal y los jueces, y no por boca del comisionista.