
La sostenibilidad cada vez está más presente en el día a día de los hoteles, no solo por normativa, sino también por conciencia de los huéspedes. Recientemente, en los TH Awards, Garden Hotels ganó el premio a la Mejor Estrategia de Sostenibilidad. Así que, ahora hablamos con Erica García, la coordinadora de sostenibilidad de Garden Hotels. Este reconocimiento, otorgado por un jurado independiente tras evaluar candidaturas anónimas, refuerza la apuesta firme de la compañía por una sostenibilidad real y transversal. Con una trayectoria en la que destaca la implementación de la economía circular y una decidida apuesta por el producto local, Erica nos comparte los retos y aprendizajes vividos desde la creación del departamento de sostenibilidad en 2022.
―Erica, antes de nada, enhorabuena por ganar el TH Awards a la Mejor Estrategia de Sostenibilidad. ¿Qué supone este premio para Garden Hotels?
—Muchísimas gracias. Ha sido un placer y estamos muy orgullosos, sobre todo porque este reconocimiento nos alienta a seguir trabajando en esta línea. También es un reconocimiento al esfuerzo diario de todas las personas que forman parte de Garden Hotels. Sumando cada uno un poquito todos los días, conseguimos estos resultados. Así que encantados y con más ganas de continuar con esta estrategia.

―¿Desde cuándo lleváis desarrollando esta estrategia de sostenibilidad que ahora ha sido reconocida con este galardón?
—Desde los inicios, al ser una empresa familiar ubicada en Mallorca, siempre hemos tenido una relación muy especial con las tradiciones y la cultura del entorno. Todos nuestros hoteles, menos uno, están en Baleares. Aunque estamos en expansión, el core de nuestro negocio sigue aquí. Siempre ha existido un vínculo muy estrecho con la comunidad local y la visión de dejar un legado para las próximas generaciones.
Pero fue en 2014 cuando desde el departamento de compras comenzamos a cambiar de filosofía y a apostar por una compra más consciente. Nos empezamos a plantear qué tipo de productos comprábamos y a qué proveedores. Apostamos firmemente por el producto local y ecológico, comprando directamente a agricultores y ganaderos de las islas, creando acuerdos justos y relaciones directas con ellos. Hace más de 10 años que mantenemos estos acuerdos, incrementando año tras año el consumo de producto local y ecológico, lo que también ha elevado la calidad gastronómica en nuestros buffets.
En 2021 dimos un paso clave: fuimos la primera cadena hotelera certificada por AENOR en Estrategia en Economía Circular. Esta certificación nos permitió estructurar todo lo que ya veníamos haciendo, aterrizándolo en todos los niveles de gestión y operación diaria de nuestros hoteles.

―Tú entraste en Garden Hotels en 2022 como coordinadora de sostenibilidad. ¿Qué retos te encontraste al llegar y cómo los superaste?
—Pues muchos retos, porque de hecho creamos el departamento de sostenibilidad desde cero. Hasta entonces no existía como tal. Sí que había una trayectoria previa, impulsada sobre todo desde el departamento de compras, lo cual es curioso, porque en otras empresas este suele ser un freno. En nuestro caso fue todo lo contrario.
La certificación en 2021 hizo evidente la necesidad de un departamento específico que pudiera dedicar todos los recursos necesarios a la gestión sostenible. Y fue entonces cuando entré en Garden Hotels. Tenía por delante el reto de sentar las bases de un departamento inexistente, pero con una compañía que ya llevaba años trabajando en sostenibilidad, con valores muy asentados en su ADN.
Fue muy gratificante porque tuve una acogida excelente. La dirección ya apostaba firmemente por esto. Aun así, uno de los grandes retos ha sido formar y acompañar a los equipos operativos del día a día, que son quienes tienen mayor impacto. Hay que seducir, convencer y dotarles de herramientas. Ese acompañamiento constante ha sido clave.
―¿En qué ámbitos concretos destacarías que habéis tenido mayores avances?
—Principalmente en dos grandes áreas: el producto local y la gestión de residuos. En Baleares, donde la producción local es limitada, hemos hecho una apuesta firme por consumir productos de aquí. Ha sido un proceso de acompañamiento mutuo con agricultores y ganaderos, que muchas veces no tenían la infraestructura necesaria. Gracias a esa relación, hemos incrementado muchísimo el producto local y ecológico que ofrecemos.
Y en cuanto a residuos, hemos sido muy valientes. Creamos nuestra propia planta de compostaje en colaboración con una explotación agrícola. Así gestionamos los residuos orgánicos de varios hoteles que antes iban a la fracción banal. Ahora esos residuos se compostan y se convierten en producto ecológico que vuelve a nuestros hoteles, cerrando así el círculo.
También trabajamos mucho en amenities, eliminando los productos de un solo uso y sustituyéndolos por soluciones retornables, hechas con ingredientes naturales y producidas localmente en Mallorca.

―Hoy se habla mucho de sostenibilidad, pero también de greenwashing. ¿Cómo evitar caer en esa trampa, a veces incluso sin querer?
—Sí, es fácil caer en el greenwashing, incluso sin mala intención. A veces, por querer comunicar lo que hacemos, podemos pecar de vaguedad. El problema está cuando hablamos de sostenibilidad de forma genérica, sin ejemplos concretos o datos que el cliente pueda comprobar.
La clave está en la transparencia, en dar información tangible, con resultados medibles y experiencias visibles durante la estancia del cliente. Cuando lo hacemos así, no hay problema en comunicarlo. Pero hay que tener mucho cuidado con cómo se comunica. Por suerte, también la normativa va avanzando y nos empuja a reportar más y mejor, con datos visibles, especialmente en las webs corporativas.
―Garden Hotel Group gestiona tanto Garden Hotels como Nivia Hotel Collection. ¿La estrategia de sostenibilidad se aplica igual en ambos modelos?
—Buena pregunta. Internamente también nos la hemos hecho muchas veces. Garden Hotels está más enfocado en el segmento vacacional, mientras que Nivia Hotel Collection apuesta por hoteles boutique urbanos de cinco estrellas. Son perfiles de cliente diferentes, pero aplicamos exactamente la misma estrategia de sostenibilidad en ambas marcas.
Eso sí, adaptamos la forma de comunicar y aplicar esa estrategia según el tipo de establecimiento y cliente. Todos los hoteles gestionados por Garden Hotel Group cuentan con, al menos, una certificación de sostenibilidad, aunque algunos tienen más de una. Incluso en hoteles affiliated con otros propietarios mantenemos esta política.
―¿El cliente está cada vez más comprometido con la sostenibilidad? ¿Lo percibís en los hoteles?
—Sí, aunque con matices. Es verdad que cada vez hay más sensibilidad, pero donde más presión y compromiso vemos actualmente es por parte de los touroperadores. Nuestros principales partners a nivel de distribución valoran mucho que trabajemos con criterios sostenibles y nos lo exigen como parte de sus estándares. Esa demanda ha sido un gran motor para profesionalizar aún más nuestra estrategia.
En cuanto al cliente final, sí notamos una evolución. En nuestras encuestas de satisfacción les preguntamos directamente si han percibido el compromiso de Garden Hotels con la sostenibilidad y la economía circular, y los resultados son muy positivos. Aunque no siempre conozcan los términos técnicos, reconocen perfectamente buenas prácticas como la reducción del desperdicio alimentario, el uso de productos locales o las actividades medioambientales que organizamos.
En los hoteles vacacionales, por ejemplo, los clientes participan encantados en iniciativas como la recogida de microplásticos o los talleres de concienciación ambiental. Sobre todo las familias con niños lo valoran mucho. A día de hoy, quizás no sea el primer motivo por el que eligen un hotel, pero sí marca una gran diferencia una vez alojados. Lo reciben como una grata sorpresa que mejora su experiencia, genera fidelización y muchas veces se convierte en motivo de repetición.
―Después de este reconocimiento, ¿cuáles son los próximos retos para Garden Hotels en materia de sostenibilidad?
—Seguir aplicando los principios de la economía circular como eje transversal, pero también avanzar en dos áreas clave: la gestión hídrica y el uso de envases. En Baleares, el agua es un recurso escaso, así que hemos hecho una inversión importante en eficiencia hídrica y energética, pero aún queremos ir más allá. También queremos ir a la raíz del problema de los residuos, trabajando directamente con los proveedores en los envases que usan para suministrarnos productos. Es el siguiente paso en nuestra estrategia.
―Para acabar, háblanos del reciente rebranding de Garden Hotels. ¿Qué papel ha jugado la sostenibilidad en esta nueva imagen?
—Ha sido un proceso muy especial que refleja el relevo generacional dentro de la compañía. Nuestro fundador, Miquel Ramis, ha dado paso a sus hijos y nietos, y con esa nueva energía surgió la necesidad de renovar también nuestra imagen. Bajo el lema “Mismas raíces, nuevos caminos”, el rebranding busca transmitir esa evolución manteniendo intactos nuestros valores.
La sostenibilidad ha sido un pilar clave en todo el proceso. No queríamos solo un cambio estético, sino que nuestra imagen reflejara nuestro compromiso real con el entorno, con lo local y con la economía circular. Por eso trabajamos de la mano con el equipo de marketing para que cada elemento visual y cada mensaje fueran coherentes con todo lo que llevamos años construyendo desde el área de sostenibilidad.
