
Cada vez que subimos a un avión, lo hacemos casi sin pensarlo: avanzamos por el finger o ascendemos por una escalera móvil y entramos siempre por la puerta del lado izquierdo del fuselaje. Este detalle, que para la mayoría de los pasajeros pasa inadvertido, responde a una serie de razones que combinan tradición, diseño técnico y seguridad.
Lejos de ser una casualidad o una simple convención moderna, el embarque por la izquierda tiene raíces históricas que se remontan a la navegación marítima. En los antiguos barcos, el acceso se hacía por babor, el lado izquierdo mirando hacia la proa, porque el timón estaba a estribor.
Esta costumbre garantizaba que el ingreso de pasajeros no interfiriera con los mecanismos de dirección. Cuando los primeros aviones comerciales empezaron a operar, muchas de esas prácticas de la marina se trasladaron a la aviación, incluyendo el lado de embarque.

Cada vez que subimos a un avión entramos siempre por la parte izquierda. Fuente: Archivo Hosteltur
Pero la historia no es el único motivo que explica este estándar universal. Los aviones modernos han sido diseñados teniendo en cuenta esta disposición. Las puertas de los aparatos suelen abrirse hacia el interior y hacia adelante, una configuración que resulta más práctica en el lado izquierdo cuando el avión está estacionado junto a la terminal. A esto se suma la lógica operativa: el lado derecho se reserva para las tareas técnicas.
Por allí se cargan las maletas, se reabastece el combustible y se realizan las inspecciones de mantenimiento. Mantener separados los flujos de pasajeros y las operaciones de tierra no solo hace más eficiente el proceso, sino que reduce el riesgo de accidentes.
La propia arquitectura de los aeropuertos refuerza esta norma. Las terminales, los fingers y las señalizaciones están diseñados para recibir a los aviones por la izquierda. Alterar esta disposición supondría una inversión millonaria y una reorganización compleja que ni aerolíneas ni autoridades parecen dispuestas a afrontar.
Incluso los procedimientos de emergencia consideran esta configuración: las principales salidas están a la izquierda, permitiendo una evacuación rápida en caso de necesidad. Lo que parece un simple detalle es, en realidad, el resultado de una suma de razones prácticas, técnicas y de seguridad que la aviación ha perfeccionado durante décadas.