
El Parador de Cuenca enfila su puesta en marcha para finales de este mes tras seis meses de reformas en las que la hotelera pública ha invertido 616.000 euros (sin IVA), precisan desde el ente estatal a HOSTELTUR, noticias de turismo.
La intervención que se está realizando “es prácticamente integral”, explican desde Paradores, la cual ha recaído en manos de CIDON Interior Design & Contract, autor de otras reformas de Paradores, al salir adjudicatario del concurso público.
“Esta adjudicación refuerza el posicionamiento de CIDON como socio estratégico de Paradores de Turismo de España, y se suma a otras importantes adjudicaciones del año como el Parador de Sigüenza”, destacan desde el estudio.
El antiguo convento de San Pablo, donde se ubica el Parador de Cuenca, reabrirá sus puertas el próximo 31 de julio con una imagen renovada “que respeta su legado histórico al tiempo que ofrece una experiencia de hospitalidad contemporánea, cálida y funcional”.

El Parador de Cuenca reabre sus puertas el 31 de julio. Fuente. CIDON Interior Design & Contract
Nueva recepción y muebles actualizados
La reforma contempla la intervención en las 63 habitaciones y las zonas comunes del Parador, “con una propuesta de interiorismo adaptada a cada habitación específicamente que reinterpreta el carácter monástico del edificio con una mirada contemporánea y funcional”, detallan desde el estudio.
A su vez, la hotelera pública destaca, en declaraciones a HOSTELTUR, que “se va a crear una zona de estar en la entrada, la recepción cambia por completo, también claustro, restaurante, salones de clientes, habitaciones, pasillos y zonas comunes”.
Asimismo, se va a cambiar y mejorar la iluminación, actualizar y cambiar el mobiliario y los textiles. En este sentido, el mobiliario que es emblemático del Parador y que no esté obsoleto, “se va a restaurar y volver a colocar”.
Detalles del nuevo interiorismo
CIDON se ha inspirado en la arquitectura original del convento para crear un nuevo interiorismo, respetando su esencia histórica sin renunciar a un lenguaje actual, explican. “El proyecto apuesta por una estética sobria y elegante, en la que predominan materiales nobles como maderas naturales, piedra, y textiles en tonos neutros y tierras, en coherencia con el paisaje conquense y la memoria del lugar”.
En las zonas comunes, como el claustro acristalado, la cafetería ubicada en la antigua capilla, o la piscina exterior con vistas al cañón del Huécar, el estudio busca que se conviertan en “espacios de contemplación y experiencia sensorial”, con especial atención a la iluminación y el mobiliario.
“Las habitaciones han sido concebidas como refugios serenos, con una atmósfera de recogimiento que respeta la identidad monumental del conjunto sin renunciar al confort contemporáneo”. Para ello, la elección de materiales y texturas naturales, tonos calmados y piezas sobrias.