
La ciudad francesa de Cannes ha decidido que desde 2026 únicamente permitirá el atraque de un único crucero de más de 3.000 pasajeros y nunca dos a la vez. Los cruceros en Cannes, dado que no tiene puerto suficiente para ellos, fondean en la bahía, que es lo que se prohíbe (Protestas en Niza contra la prohibición de cruceros).
Esto significa que desde 2026 el número total de escalas se reducirá en aproximadamente un 50 por ciento, hasta caer a las 34. La capacidad, además, se limitar a los 6.000 cruceristas al día.
En todo caso, la municipalidad de Cannes anuncia que para 2030 va a prohibir todos estos barcos y sólo permitirá los cruceros de un máximo de 1.300 pasajeros.
Jurídicamente la decisión tiene su complejidad porque la municipalidad no tiene competencias en el mar, pero sí ha conseguido exigirlo en el contrato para la gestión portuaria que depende de ella.
“No se trata de oponerse a los cruceros”, dice el alcalde David Lisnard de forma un tanto contradictoria, sino que “les damos la bienvenida a embarcaciones más pequeñas, estéticamente más atractivas, modernas y respetuosas con el medio ambiente”, lo cual tampoco es que sea muy claro.
La patronal de armadores de cruceros dice por su parte que condena “una decisión que impone restricciones injustificadas a un sector que permite a millones personas descubrir el mundo”.