
Sabíamos que el mercado de los repuestos de aviación está muy desabastecido y no sólo en Rusia. Y sabíamos que algunos modelos tienen más problemas que otros, como es el caso del A220 de Airbus, fabricado fundamentalmente en Canadá. Pero de ahí a que se desmantele un avión con apenas seis años para venderlo por piezas es una sorpresa.
La decisión tiene tres protagonistas: de un lado, la compañía aérea usuaria del mismo, EgyptAir, de otro la propietaria del avión alquilado, Azorra, y finalmente la destinataria de los repuestos, en este caso Delta, el primer comprador de este modelo.
El avión se encuentra ya, sin señales identificadoras, en el aeropuerto de Arkansas, donde se ha comenzado a desmantelar.
Hay un motivo adicional para esta sorprendente decisión: los A220 emplean motores Pratt & Whittney, que arrastran problemas debidos a un fallo en los materiales empleados. Los motores son una pieza clave (Pratt & Whitney indemniza a Wizz Air por fallos en motores).
El presidente de Azorra dijo que la alianza con Delta es un buen ejemplo de colaboración imaginativa porque hoy es absolutamente imprescindible reducir el número de aviones en tierra y permitir que operen. En Delta, como es lógico, esta es una urgencia.