
Desde el 1 de mayo, Menorca suma un nuevo refugio pensado para bajar el ritmo y dejarse llevar: Caramelo Marina Cala’n Bosch. Frente al puerto deportivo del mismo nombre, este nuevo hotel solo para adultos abre sus puertas con una propuesta cuidada, diseñada para reconectar con uno mismo y con el Mediterráneo.
Fiel al estilo de Caramelo Hotels, este nuevo espacio apuesta por un lujo tranquilo, luminoso y sin artificios. El hotel ha sido completamente renovado y ofrece una experiencia sensorial basada en materiales naturales, líneas suaves y una estética inspirada en la isla. Desde los espacios comunes hasta cada habitación, todo ha sido diseñado con intención y sensibilidad.

Propuestas esenciales
Las habitaciones son acogedoras y están pensadas para invitar al descanso. Con una paleta de colores suaves, texturas agradables, terrazas abiertas y una atmósfera serena, cada rincón ofrece comodidad y equilibrio. No hay exceso, pero tampoco falta nada. Todo está medido para que quien se aloje sienta que ha llegado a un lugar en equilibrio, donde lo esencial cobra protagonismo.
Aquí, los días se viven sin guion. Las mañanas empiezan con desayunos relajados, sin horarios marcados ni rutinas impuestas. Luego, cada huésped elige su propio ritmo: un baño en la piscina, una clase de yoga frente al mar, una caminata hasta la playa o simplemente una pausa a la sombra con un libro o un café.
La propuesta gastronómica acompaña este estilo pausado y vital. El restaurante ofrece una carta fresca y sabrosa, con platos que cruzan sabores locales e internacionales. A mediodía o al atardecer, el bar se convierte en un punto de encuentro ideal: cócteles bien preparados, música suave y un ambiente pensado para disfrutar sin prisas.
Aunque es un hotel solo para adultos, aquí se respira cercanía. El equipo sabe estar presente con discreción, ofrecer ayuda cuando se necesita y dar espacio cuando se agradece. La atención es amable, natural y sin formalismos. Todo fluye con esa espontaneidad que nace cuando las cosas están bien pensadas, pero no forzadas.

La ubicación también acompaña. A solo cuatro minutos caminando de la playa, el hotel ofrece la tranquilidad de estar ligeramente apartado y, al mismo tiempo, acceso rápido a calas, restaurantes, rutas en bici y atardeceres memorables.
Cala’n Bosch es un rincón vibrante pero relajado, con la dosis justa de vida para quien busca desconectar sin aislarse. Cada estancia promete la combinación perfecta entre hospitalidad y diversión. Aquí, el Mediterráneo no solo se ve, se siente. Un lugar donde cada día se disfruta sin complicaciones, cada momento sabe a verano y cada recuerdo vale oro.
Con esta nueva apertura, Caramelo Hotels (ya presente en Mallorca) refuerza su compromiso con una hospitalidad emocional, estética y honesta. Una manera de entender los viajes que pone en valor lo esencial y celebra los detalles.
Menorca, luminosa, silenciosa y auténtica, es el escenario perfecto para seguir desarrollando esta visión: crear hoteles que se sienten, se disfrutan y se recuerdan.
Stay Sweet, Stay Caramelo.