A los empresarios más beneficiados por los gobiernos de Felipe González se les llamó la ‘beautiful people’, jóvenes y de buena planta. A los más agraciados por el de Pedro Sánchez se les ha llamado la ‘smart people’. Y los tres que sobresalen entre ellos son Javier Hidalgo, Rosauro Varo y José Manuel Entrecanales.
Los tres coinciden en tener inversiones hoteleras y turísticas en la costa andaluza, desde Estepona, hasta Marbella y El Puerto de Santa María. Los vinculados a Air Europa (Globalia) y a Telefónica fueron socios, y el de Acciona siempre fue considerado como el gran constructor más cercano al socialismo.
Las relaciones con Begoña Gómez, esposa del inquilino de la Moncloa, Pedro Sánchez, les están haciendo acudir a los juzgados, o a que se investiguen adjudicaciones, tras saltar los escándalos en torno a los nombres de José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Koldo García o Víctor de Aldama.
Formando pandilla con Alonso Aznar Botella, hijo del expresidente José María Aznar, lograron una gran cercanía con el actual gobierno del PSOE y Sumar. Y un antecedente de estas coaliciones vino desde Baleares, con Francesc Antich, y con una Francina Armengol que acudió al último concierto en Palma de Joaquín Sabina acompañada por Toni Horrach, otro empresario joven y agraciado por ingresos públicos.
Conviven por tanto una cara más cutre de las sospechas de corrupción, con personajes que dejan atrás a las películas de Torrente de Santiago Segura con sus gustos por las prostitutas, junto a otra cara de mejor fachada que ha sabido sacar tajada, desde Madrid, Andalucía o Mallorca, de esta mezcolanza política y estilística, carne de la prensa rosa y también de la amarilla o negra. Una ‘smart people’ a la que le hubiera ido peor sin el sórdido reparto que parece sacado del ‘brazo tonto de la ley’.
