La semana pasada se conocieron dos noticias de alto impacto para el panorama turístico español. La ampliación de El Prat, unida al proyecto de gestión conjunta para el aeropuerto de Gibraltar una vez ingrese en el espacio Schengen, va a posibilitar una notable subida de vuelos hacia ambas zonas. Pero al mismo tiempo puede afectar a instalaciones vecinas, como Girona o Reus en el caso del barcelonés, o como a Jerez en el del Peñón (Acuerdo para la ampliación de El Prat tras años de bloqueo).
Barcelona, ante un aeropuerto reforzado, probablemente canalice de forma creciente la demanda hacia la región. Level se aprecia como una ganadora en este sentido, con mercados de gran potencial como México o Colombia, a lo que se complementaría con la red de Vueling. Y a ello se podría unir que el nuevo accionista de Air Europa contemplase apostar por El Prat para rutas de largo radio ante la menor competencia respecto a Madrid-Barajas con Iberia.
En lo referente a la zona gaditana, Gibraltar puede impulsar el turismo británico hacia ambos lados, tanto en dirección a Sotogrande y Estepona, como hacia Conil y Chiclana. Dada la dimensión creciente del aeropuerto de Málaga, parece difícil que se vea perjudicada por la instalación del estrecho, pero el paulatino declive de Jerez sí puede acentuarse si el tráfico inglés se va desviando hacia su colonia, una vez Ryanair se ha ido, frente a una Jet2 que sí se ha lanzado por esta terminal.
