
Stephanie Pope, la máxima responsable de la rama de aviación civil de Boeing, se encontró este lunes en Nueva Delhi, la capital india, con Natarajan Chandrasekaran, que es el máximo ejecutivo de Air India, y con Salil Gupte, el máximo cargo de Boeing en India, para hablar del accidente del 787 que causó casi 300 muertes (Se estrella un avión de Air India que iba a Londres con 242 pasajeros).
Este lunes no ha habido ninguna noticia nueva, aunque se da por hecho que las cajas negras están ya siendo analizadas. Nadie sabe con precisión qué ocurrió, pero las opciones mantienen la posibilidad de un error humano, algo muy extraño, un fallo mecánico, sea por mal diseño o por mal mantenimiento del avión.
El fin de semana circuló una noticia falsa que atribuía el siniestro a un fallo en el anclaje del asiento del piloto, lo cual fue posteriormente completamente desmentido.
Sin novedades, lo único que cambia diariamente es el número de fallecidos. Los 242 que iban a bordo del avión siguen siendo 242, pero entre los jóvenes estudiantes que estaban en la residencia, el número de fallecidos aumenta a diario y este lunes llegaban ya a 38, la cifra más elevada de víctimas indirectas de un accidente aéreo de las últimas décadas.
No es habitual que los máximos responsables del fabricante de un avión acudan directamente al país donde ha tenido lugar un accidente, aunque sí lo es que su personal se integre en los grupos investigadores. Aunque la normativa habla de que antes de treinta días tiene que haber un informe preliminar sobre las causas, en India se habla de que ese informe estará en noventa días.
Ayer hubo al menos cuatro alarmas en aviones 787 de Air India, las cuales no habrían tenido importancia de no ser el clima de tensión que se vive, agravado por la incertidumbre sobre las causas.