Si los viajeros supieran que iban a volar en un avión con tantas chapuzas, no se habrían subido. Y no crean que volaban en una aerolínea de ‘chichinabo’ sino que era un 737 de American Airlines.
En principio, nada de lo sucedido tiene que ver con Boeing, sino que son problemas de mantenimiento de American Airlines. Ocurrió en Denver. O en Colorado Springs. Porque el avión despegó del segundo aeropuerto pero al incendiarse un motor, viró hacia Denver.
El Boeing matrícula N885NN despegó con fuertes vibraciones el pasado 13 de marzo. Pero enseguida se vio que el avión perdía líquido (combustible obviamente). Al aterrizar de emergencia, se prendió fuego el motor derecho e inmediatamente se apagó el otro también.
La NTSB, agencia estatal que investiga los siniestros aéreos, estudió qué pasó en ese motor CFM56. Y las conclusiones son aterradoras.
Primero, una pala del rotor estaba fracturada; una resistencia de conexión del combustible estaba suelta por haber sido mal instalada (se habría instalado incorrectamente al revés); una varilla del depósito de combustible estaba mal fijada por lo que se produjo la fuga; otra varilla estaba rota en una soldadura; y una línea de drenaje estaba bloqueada con un sellador.
Cuando se inicia la evacuación, una puerta tenía una corredera atascada por lo que no funcionaba; los flaps del avión estuvieron a cero grados en la evacuación que dificultaba la salida desde el ala.
El incidente acabó en un incendio que el personal de tierra apagó rápidamente.
El avión sigue a día de hoy fuera de uso.
