
Iberia es dueña del 20% de Air Europa, además queriendo renovar esa cuota aportando nuevo dinero en una ampliación de capital. Demuestra así un evidente interés en lo que concierna a su gran rival. Y el tema más importante ahora es la elección de qué aerolínea comprará un paquete accionarial minoritario.
Parecen destacarse en ello la alemana Lufthansa y la emiratí Etihad, por encima de Air France-KLM y de Turkish. La elección, por tanto, se antoja hoy entre cultura austera y organizada de los germanos, y la ambición global de los islámicos más ricos de Abu Dhabi. Iberia puede tener su opinión sobre cuál le conviene más.
Lo más tentador que pueda ofrecer Air Europa quizás sea una flota moderna de Boeing 787 Dreamliner, en un momento de escasez de entregas. En el caso de Lufthansa, posiblemente mantendría el volumen de operaciones entre Madrid y América, al ser sus zonas naturales de vuelos. En el de Etihad, su foco hacia Asia quizás hicieran plantearse dedicar aviones a rutas más rentables y promisorias, con menos competencia.
Iberia, así, tendía motivos para preferir a los jeques del Golfo, que además suponen un competidor menos directo para IAG en Europa. El negocio para los de Abu Dhabi no vendría tanto de la operativa transatlántica en sí, sino como complemento a su red, donde ahora su pata más débil es precisamente al subcontinente latino. Sin embargo, quizás no haya demanda suficiente más allá de las cuatro grandes capitales, como prueban los aeropuertos a donde en la región ya aterrizan Emirates, Qatar o Turkish.
La nueva accionista de Air Europa reconfigurará el mapa aéreo español, e Iberia podrá apreciar cierto beneficio en mayor o en menor medida según sea un gigante europeo, u otro de la órbita musulmana con más exposición a Asia.