
El alcalde de Palma, Jaime Martínez, ha reclamado una estrategia estatal para regular el turismo de cruceros en lugar de introducir restricciones locales que solo trasladan el problema a otras regiones. “Estamos limitando los cruceros en nuestra ciudad, pero se irán a Cartagena. Como país sólo estamos moviendo los cruceros de un puerto a otro” (Hachazo de Armengol al turismo de cruceros en Palma).
Según informa Última Hora, Martínez ya propuso hace un año una serie de medidas contra la saturación turística, entre ellas nuevas tasas específicas para cruceristas. Más recientemente, planteó que se incrementase las tasas portuarias actuales para los cruceros. No obstante, no han salido adelante.
Y es que el margen de actuación directa del Ayuntamiento es limitado, ya que las competencias portuarias dependen de otras administraciones. Por ello, estudia medidas indirectas, como subir el precio del agua que los cruceros adquieren en el puerto, con el objetivo de hacer menos atractivo el paso de grandes navieras por la ciudad.
La estrategia municipal busca fomentar la llegada de cruceros más pequeños y exclusivos, que transporten menos pasajeros, pero con mayor capacidad de gasto. Por ejemplo, en mayo atracaron en Palma siete buques de este perfil, todos con menos de 500 viajeros, algo que no es rentable para la región.
Por el contrario, otras alternativas, como el Evrima o el Ilma de la cadena The Ritz-Carlton, ofrecen viajes que pueden alcanzar los 11.000 euros por persona. Estas opciones de lujo, con suites privadas, restaurantes de alta cocina y servicios exclusivos, se promocionan como una alternativa a los megacruceros.