
El Parlamento británico está tramitando una ley para reordenar completamente el espacio aéreo y reducir los rodeos que actualmente obligan a los aviones a estar en el aire más tiempo del óptimo.
Básicamente, la tarea consiste en cambiar las rutas aéreas para permitir un ascenso más veloz a los aviones que despegan, un descenso más suave, minimizando ruido y contaminación.
Hace años que Europa, Reino Unido incluido, habla de la necesidad de rediseñar las rutas aéreas porque los aviones hoy se ven obligados a volar mucho más tiempo del necesario debido a lo complicado del sistema. Esas horas de más suponen emisiones de CO2, lo que es muy problemático.
La primera fase del proyecto supondrá rediseñar el espacio aéreo de Londres que, con sus seis aeropuertos, es de las zonas más complejas. Los aeropuertos británicos, todos privados, han pedido constantemente una mejora en estas rutas. Para finales de 2025, podrían estar operativas. Reino Unido cuenta con la ventaja de un operador único y central de todo su espacio aéreo, NATS.
Los responsables de este proyecto han modernizado ya el espacio del suroeste de Inglaterra, a modo de experimento, con lo que ahorraron 12 mil toneladas de emisiones anuales de CO2.