Boeing es responsable de la caída de dos 737Max, con la muerte de todos sus ocupantes. El primer suceso ocurrió en Indonesia y, tras él, Boeing incluso acusó a la propietaria del avión de incompetencia. Después cayó un segundo avión, casi en iguales circunstancias, y ya no fue posible seguir con la farsa. Es cuando se conoció todo el lío del programa informático, de las mentiras en los procesos de certificación, etcétera (Boeing puede librarse de culpa penal por los dos 737 caídos).
Aún quedaba otra mentira más que se destapó cuando a un tercer avión se le cayó una portezuela en pleno vuelo, sin víctimas mortales.
Entonces el Gobierno de Estados Unidos presentó un proceso penal, lo cual es grave porque implica un juicio, acusaciones y, sobre todo, cárcel.
Sin embargo, la llegada de la Administración Trump, muy pro empresa, supuso que se pudiera anular esta acusación. De hecho, Boeing canceló su reconocimiento de culpabilidad. Y este domingo finalmente se supo que ha habido un acuerdo extrajudicial por el que Boeing pagará 1.100 millones de dólares y no habrá juicio.
O sea que nadie será culpable penal de las numerosas negligencias primero, y ocultamientos y mentiras después, que rodearon estos dos accidentes. 346 muertes sin culpables, al menos penales.
Ahora únicamente queda la posibilidad de que el juez Reed O’Connor rechace el acuerdo y mantenga el proceso penal. Paul Cassell, el abogado de las familias, dijo ayer a los medios que un acuerdo así “no tiene precedentes; obviamente es un error porque afecta el delito de una empresa con el mayor número de víctimas en la historia americana. Mis familias recurrirán e intentaremos que los jueces nos escuchen”.
El Gobierno americano señaló que “nuestra opinión es que este acuerdo es justo y es útil para el interés público. Asegura la responsabilidad y permite que las familias accedan ya a las ayudas y compensaciones, evitando un litigio arriesgado”.
