
La primera noche de controles de acceso en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas no ha tenido el efecto disuasorio que se esperaba para solucionar el problema de los sintecho. Al menos así lo asegura el sindicato ASAE, que considera que se trata de una medida “más estética que efectiva”, ya que “las mismas personas siguen en el aeropuerto porque, o llegaron antes, o no se han movido del lugar” (La imagen de la decadencia: la T4 de Barajas, repleta de indigentes).
La entidad denuncia que la mayoría de las personas afectadas optan por permanecer en zonas exteriores, como bancos o aparcamientos, a la espera de que se retiren los controles. Así, informa de que “muy pocos son los que no han podido acceder”, lo que demuestra, en su opinión, la falta de eficacia real de los nuevos filtros.
En cuanto a las posibles soluciones, ASAE señala que el desalojo definitivo solo será posible “desde que haya alternativas de alojamiento”, una responsabilidad que atribuyen tanto al alcalde de Madrid como al presidente de Aena, Maurici Lucena. El sindicato espera que esta situación se resuelva “en días”.
En cualquier caso, respalda jurídicamente la actuación de Aena al amparo de la actualización de las normas de funcionamiento interno de los aeropuertos, aprobadas el pasado 14 de mayo. Dichas normas, en su artículo 2, ya prohíben expresamente la acampada, el uso indebido del mobiliario y la permanencia sin causa justificada en las instalaciones aeroportuarias.
Por último, ha criticado la falta de información por parte del Defensor del Pueblo. “No hemos sabido aún nada”, declaran, aunque suponen que “actúa de modo discreto”. Con todo ello, la entidad reclama una postura clara ante la que califican como “la mayor crisis del aeropuerto más importante de España en su historia”.