El Pleno del Ayuntamiento de Madrid ha aprobado provisionalmente el Plan Reside, la normativa que impedirá que los pisos turísticos operen en edificios residenciales para evitar que turistas y vecinos compartan espacio en un mismo bloque (El plan de Madrid para combatir los pisos turísticos, al detalle).
La iniciativa, que se espera entre en vigor en agosto de 2025 tras su revisión definitiva por la Comunidad de Madrid, modifica el Plan General de Ordenación Urbana para garantizar una oferta turística ordenada y legal, que no afecte la calidad de vida de los madrileños. En concreto, se prohíbe la existencia de pisos turísticos dispersos en edificios de uso residencial, incluso en plantas bajas.
Además, limita la transformación de locales comerciales en viviendas turísticas dentro del centro histórico, una práctica que había provocado el desplome del comercio de proximidad, y aumentado la presión turística en barrios céntricos. Fuera del perímetro del centro, la normativa permite pisos turísticos en edificios completos o viviendas con acceso independiente, pero mantiene restricciones para proteger el uso residencial.
“Queremos que haya pisos turísticos en la ciudad”, ha destacado el director del área de urbanismo, medio ambiente y movilidad, Borja Carabante, pero siempre “sin expulsar al vecino”. Así, ha asegurado que con el Plan Reside se cumplirán estas dos premisas.
El plan también incorpora incentivos para reconvertir edificios terciarios obsoletos en viviendas asequibles, contribuyendo a recuperar el parque residencial en la ciudad. De momento, ha recibido 59 alegaciones, con apoyos y rechazos divididos entre los grupos políticos. El Partido Popular respaldó la medida, mientras Más Madrid y el PSOE votaron en contra y Vox se abstuvo.
Las medidas continúan con una política que el Ayuntamiento ya inició hace meses, cuando suspendió las nuevas licencias para pisos turísticos en zonas centrales y endureció las sanciones para quienes operen sin autorización, con multas que pueden alcanzar los 100.001 euros. Además, se ha reforzado la plantilla de inspectores en un 15% y se ha creado un registro oficial de alojamientos turísticos legales para mejorar el control.
Actualmente, sólo el 7,45% de los 16.100 pisos turísticos activos en Madrid cuentan con licencia. Sin embargo, las acciones municipales han logrado que en 2024 un número creciente de viviendas deje de operar ilegalmente, recuperándose para uso residencial.
