
La temporada alta en Mallorca ha arrancado con un sentir decepcionante en las primeras semanas de mayo. La oferta complementaria confirma importantes bajadas de ingresos, después de que las dos últimas semanas de abril fueran positivas, en especial con la sorpresa de la posterior a de Semana Santa.
El crecimiento sostenido de precios se apunta como uno de los motivos. Los hoteles están pudiendo aumentar tarifas sin apenas notar importantes bajadas de ocupación, con lo que en el peor de los casos conservan rentabilidades parecidas, y mayores eficiencias.
El cliente español está optando por salirse de los destinos con mayor presencia de extranjeros, ante los elevados precios de las estancias. Sin embargo, este desvío sobre las zonas con tradicionalmente más viajeros nacionales también sufren en consecuencia un aumento de la demanda, y con ello de las tarifas hoteleras.
Una de las grandes víctimas de esta coyuntura es la del negocio emisor. Los gigantes de la intermediación en España tratan de conservar sus volúmenes de facturación para cubrir sus plazas, y para ello mantienen los precios de sus paquetes, aunque reduciendo aún más el margen, ante la subida de sus costes hoteleros.