La inaudita iniciativa del presidente Pedro Sánchez de impulsar un referéndum sobre una posible absorción bancaria del Sabadell por parte del BBVA tendría más sentido sobre un asunto de mayor afectación a todas las capas sociales como es el del modelo Airbnb.
Al encaramarse en las encuestas como principal preocupación pública el disparado aumento del precio de la vivienda desde la irrupción de esta plataforma, parecería con mayores argumentos consultar a la ciudadanía sobre si ponerle coto al alquiler vacacional o seguir dejándole barra libre.
El enorme trasvase de hogares hacia su explotación de corta estancia representa el indiscutible gran motivo que ha dificultado el acceso a una residencia a una cantidad enorme de españoles, por lo que sería de interés conocer el sentir social respecto al fenómeno que lo ha causado.
Aunque algunos alcaldes de grandes capitales se vienen mostrando cada vez más firmes en sus palabras para extirpar este modelo que deteriora la convivencia, la identidad, el empleo estable y los ingresos fiscales, han aparecido sorprendentemente otros gobernantes que en paralelo han empezado a defenderlo.
Pese a que en Europa se cobijen pocos formatos de Estado asamblearios con la atípica excepción cantonal de Suiza, una democracia como la española, si recurre a esta interpelación, lo suyo es que se concentre en temas que afectan al votante medio y no a una elite.
