
El 38% de las personas que pernoctan en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas abandona cada día las terminales para acudir a su puesto de trabajo. Así lo revela un censo al que ha tenido acceso El País, que pone cifras y perfiles a la problemática de los sintecho e indigentes que residen cada día en el principal aeropuerto del país (Alerta por los sintecho en Barajas: “La situación es insostenible”).
El documento, elaborado por una entidad vinculada a Cáritas y basado en diferentes entrevistas, refleja que muchos de estos usuarios no son personas desvinculadas de la sociedad, sino trabajadores en situación de exclusión residencial. Así, identifica a 421 personas utilizando el aeropuerto como lugar de residencia habitual.
Adentrándonos de lleno en los datos, la mayoría duerme desde hace más de seis meses en Barajas. El 78% son hombres, y la franja de edad predominante es entre los 45 y los 64 años. El 22% supera los 65. Igualmente, más de la mitad está empadronado en Madrid (La imagen de la decadencia: la T4 de Barajas, repleta de indigentes).
En este sentido, un tercio de los encuestados afirma tener vínculos claros con la capital, como haber vivido en la ciudad, tener familia o acudir con frecuencia a comedores sociales. Sin embargo, otro 38% respondió de forma ambigua o no contestó.
El factor de los inmigrantes es clave en el retrato de Barajas: el 74% de los sintecho censados son extranjeros, en su mayoría procedentes de América Latina. Aunque sólo un 13% afirma no tener documentación legal, la cifra podría escalar al 39,6% si se incluyen quienes solo poseen pasaporte. Además, un 45% lleva más de cinco años residiendo en España.
El informe identifica como problema principal la falta de vivienda asequible y reclama políticas estructurales que trasciendan las respuestas temporales. Advierte que la red municipal de recursos está saturada y pide una ampliación urgente de los servicios de emergencia. También reclama la implicación de los municipios cercanos, que, en su opinión, actualmente no ofrecen alternativas a quienes se encuentran en exclusión social.
De este modo, advierte que la Comunidad de Madrid debería intervenir con carácter urgente. Además de criticar la falta de gestión, ve imprescindible actuar en varios ámbitos, como coordinación intermunicipal, apoyo financiero a medidas sociales, y desarrollo de políticas de integración. Cita como ejemplo el modelo de intervención implementado en El Prat.
Finalmente, el informe apela al Gobierno central, especialmente en lo que respecta a inmigrantes recién llegados y solicitantes de asilo. También hay recomendaciones para Aena, entre las que se encuentran adoptar un enfoque más humano, evitar desinformación y colaborar activamente con los servicios sociales.