
El empresario Víctor de Aldama, cabecilla de varios casos de presunta corrupción relacionados con el Ministerio de Transportes, ha pasado unos días en Ibiza disfrutando de unas vacaciones marcadas por el lujo, pese a estar sometido a medidas cautelares. Según Diario de Mallorca, llegó el viernes 9 de mayo en un jet privado y se instaló en un chalé de Cap Martinet, una exclusiva zona con vistas a la ciudad de Ibiza.
La propiedad, de varios millones de euros, tiene un coste de alquiler de unos 4.000 euros diarios. Durante su estancia, Aldama se desplazó en un Mercedes Clase G valorado en más de 135.000 euros, y cuyo alquiler diario ronda los mil euros.
Estuvo acompañado por cuatro personas, entre ellas una joven con la que se le ha visto recorriendo tiendas y restaurantes de la isla. De hecho, disfrutó de una cena en uno de los locales más exclusivos de Marina Ibiza, el restaurante Lío, donde el mismo habría asumido el coste de la cena.
El grupo también visitó la cala de es Jondal, donde el empresario pagó más de 300 euros por cubierto en otro restaurante de lujo, además de costear las compras que su acompañante realizó en la boutique del local. El domingo, Aldama y su pareja se separaron del grupo para hacer compras en Platja d’en Bossa y en el popular mercadillo de Las Dalias, donde fueron vistos vestidos con ropa blanca, siguiendo el estilo típico ibicenco.
Pese a estas imágenes fuera del foco mediático, Aldama continúa bajo la lupa judicial. Está imputado en el caso Koldo, vinculado a presuntas comisiones ilegales en contratos públicos durante la pandemia, y en el caso Hidrocarburos, donde se le investiga por un presunto fraude de IVA que podría superar los 200 millones de euros.
Aldama tiene otros frentes abiertos por su papel como intermediario en el rescate millonario de Air Europa, así como por su relación con la esposa del presidente, Pedro Sánchez, y con la familia Hidalgo.