Sin ambigüedades, sin dudas, con contundencia: el grupo Emirates ha superado a todas las aerolíneas del mundo en rentabilidad en el último año fiscal (abril 2024 a marzo 2025), incluso a las americanas, sus rivales más directas (Emirates busca 1.500 pilotos).
La facturación fue de 39.600 millones de dólares (un 6 por ciento más) y los beneficios de 6.200 millones, un 18 por ciento más que el año pasado. Además de la aerolínea, el grupo incluye a dnata, la filial que suministra servicios aeroportuarios y que está presente en muchos países.
Estos datos incorporarán por primera vez en la historia el pago de impuestos que hasta ahora Emirates no pagaba. Después de impuestos, los beneficios son de 5.600 millones, igualmente excepcionales.
Emirates emplea a 121.223 trabajadores, un 9 por ciento más que el año anterior. Las inversiones fueron de 3.800 millones, en parte en aviones, en parte en instalaciones, en parte comprando empresas sinérgicas con el grupo.
Sin embargo, aún no opera con la misma intensidad que antes de la pandemia, aunque se ha recuperado casi del todo. Este ejercicio inauguró los vuelos a Bogotá y Madagascar y recuperó las rutas a Phnom Penh, Lagos, Adelaide y Edimburgo, suspendidas en la pandemia. Y en equipos está incorporando los nuevos A350, para el que este ejercicio será fundamental.
