De haberse disuelto una semana antes se habrían salvado vidas. Pero no, según informó este lunes la autoridad de la Aviación Civil americana (FAA), New York Helicopter Tours, la empresa propietaria del helicóptero caído al río Hudson, que provocó la muerte de sus seis ocupantes, se ha disuelto voluntariamente.
La autoridad dijo que, pese a ello, someterá a la extinta compañía a una revisión de su licencia y sus procedimientos. Al margen de la FAA, que no va a investigar el accidente sino a la compañía, el National Transportation Safety Board está estudiando qué ocurrió con el Bell 206L que se estrelló. Aunque no será fácil saber con precisión qué motivo el siniestro dado que el aparato carecía de todo sistema de almacenamiento de datos.
El siniestro tuvo lugar en el octavo tour del día. El piloto, también fallecido, era Seankese Johnson, un veterano de la Marina de Estados Unidos, de 36 años, que desde 2023 tenía el título de piloto comercial y más de 800 horas de vuelo.
Algunos políticos americanos han cuestionado la seguridad de estas compañías dado que este no es el primer siniestro, ni siquiera el primero con víctimas entre los que ofrecen tours aéreos en Nueva York.
Este mismo año, por razones completamente diferentes, otro helicóptero se estrelló en Washington contra un avión de pasajeros, provocando la caída de ambos, sin que hubiera supervivientes.
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