Se van conociendo detalles del drama del terremoto que sacudió Myanmar (Birmania, por su nombre tradicional) el pasado viernes. Cinco controladores aéreos murieron al derrumbarse la torre del aeropuerto de Naypyidaw International, en la que estaban trabajando (Los hoteles de Meliá en Myanmar y Tailandia resisten al terremoto).
Naypyidaw es la capital teórica del país, que se encuentra a medio camino entre Rangún, la capital tradicional, y Mandalay. Naypyidaw fue construida nueva por el régimen, incluido un aeropuerto, pero con escasa actividad. Además de la torre de control, la pista del aeropuerto presenta serios daños.
El tráfico aéreo había sido suspendido en toda la región, aunque pronto se recuperó la normalidad. No así en Birmania. En todo caso, en Naypyidaw la normalidad en realidad se limita a escasísimos vuelos, por lo que apenas tiene impacto su cierre.
Dada la poca transparencia del régimen militar birmano, no han trascendido detalles ni de las víctimas ni del tiempo que será necesario para que se reabra el aeropuerto, que implicar profundas obras para la reparación de sus pistas, por un lado, y la reconstrucción de la torre de control, por otro.
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