La agonía desastrosa de Boeing, que tuvo lugar después de la caída del primer 737 Max, de Lion Air, estuvo alimentada por la aparición de un río de “chivatos”. Los chivatos eran empleados de Boeing que decían haber advertido que la compañía era un desastre. Se filtraba la información en la prensa, en la televisión, y se aumentaba el daño (Aparece muerto el ‘chivato’ de Boeing antes de declarar).
Al principio, Boeing perseguía cruelmente a esos empleados, algunos de los cuales eran buenas personas; otros, en cambio, eran oportunistas impresentables, pero de todo hay en una plantilla así.
El circo, con los medios en medio, fue espectacular. Al final, lo sabemos, todo acabó con la caída de Boeing y el cambio en la cúpula. Dos cambios, porque primero cayó Dennis Muilenburg, que luchó con uñas y dientes por su continuidad, y después Dave Calhoun, cuyo mandato fue un intento de minimizar daños, sin llegar al fondo de la putrefacción (Aún quedan otros diez chivatos de Boeing, tras dos muertes).
Entre esos “chivatos” destaca la historia de John Barnett, que era supervisor de Boeing, que había contado el desastre, que había sido acosado por la empresa y despedido, y que finalmente, agobiado, se suicidó cuando tenía que declarar ante los jueces.
Esta semana, la madre y los hermanos presentaron una demanda contra Boeing, con la acusación de malos tratos que derivaron en el suicidio.
Barnett protagonizó un escándalo porque denunció el desastre en la gestión del Dreamliner, el 787. Si aquello era verdad, daba miedo subirse a un avión Boeing. La respuesta de la compañía fue llegar a prohibir a la plantilla comunicarse con Barnett, a la vez que, por supuesto, afirmaba que se tomaban muy en serio la seguridad y el bienestar de la plantilla, como indican los manuales. Todo palabras.
La FAA intervino en la producción del 787 y descubrió que aquello era muy caótico, por lo que también obligó a cambios profundos. Esto, más el desastre del 737, agravado por el asunto de la portezuela del avión de Alaska Airlines, también acabó con Dave Calhoun, lo que llevó a que Kelly Ortberg definitivamente se planteara una refundación de Boeing (Un Boeing 737-9 Max nuevo pierde una puerta de emergencia en pleno vuelo).
Pero ahora llegan las demandas familiares, que piden mucho dinero. Y es el turno de la familia de Barnett.
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