Gran Bretaña, como Europa, como Occidente, están en lamentable declive. Esta historia clarificará los motivos.
El jueves pasado, a primera hora de la madrugada, el primer aeropuerto de Europa, Londres Heathrow, que dispone de cuanto protocolo hay para garantizarse que jamás se va a quedar sin energía eléctrica, quedó parado por un incendio en una central eléctrica. No hubo nadie que supiera qué hacer. Incluso peor, el cierre del aeropuerto durante todo un día no lo decidió el director sino su segundo, porque el máximo responsable, pese a su retribución estratosférica, no está para estas cosas (Londres Heathrow, cerrado todo el día por un incendio).
Ahora viene la segunda parte de la obra de teatro.
El ministro de Seguridad Energética y Red Zero (encargado de aeropuertos) ha ordenado una investigación. Para ello encargó a Ofgem, un poderoso organismo burocrático, protegido por la Ley de la Energía, investigar qué pasó. El ministro dijo que “queremos entender que pasó y aprender”. Ofgem, entonces, encargó al Operador del Sistema Nacional Energético que lleve a cabo la investigación. Se trata de un segundo organismo, el cual también tiene su control y su regulación. La movilización de todos estos cuerpos es costosísima porque ahora empezará el trabajo de saber qué se investiga, comprobar que no se aplica discriminación según las leyes en vigor, que se siguen procedimientos de igualdad, que se respeta el medio ambiente, etcétera.
El operador del Sistema (Neso) tiene que informar al ministerio y a Ofgem, en un plazo máximo de seis semanas de sus descubrimientos iniciales.
En medio de la tontería, intervino el grupo antiterrorista de la Policía, con todos sus equipos poderosamente armados, pese a que desde un primer momento se tuvo claro que aquello simplemente era una chapuza tras otra, sin intervención de ningún grupo organizado. Heathrow se basta solo para quedarse sin energía, sin necesidad de un atentado.
Thomas Woodbye, el director del aeropuerto, con un salario de entorno a los 5 millones de euros anuales, dijo que estaba “personalmente muy orgulloso de la respuesta de su equipo de personal a las escenas sin precedentes” que tuvieron lugar al irse la energía. “Orgulloso”, aunque no funcionó lo más elemental que era un sistema energético alternativo.
Woodbye agregó que no había que olvidar que el incendio no empezó en el aeropuerto, como si sólo tuviera que tener respuestas para los problemas internos.
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