Han tenido que morir más de sesenta personas para que se prohíba a los helicópteros militares llegar al mismo centro de Washington, la capital federal de Estados Unidos. Inmediatamente, como parecía lógico, se suspendieron los vuelos mientras se llevaban a cabo los trabajos de rescate y la investigación. Pero ahora, la FAA, la autoridad de la aviación de Estados Unidos, comunicó que esa suspensión de vuelos se convierte en permanente (Los indicios apuntan a un fallo del altímetro en el siniestro de Washington).
Los helicópteros militares de Estados Unidos volaban una ruta sobre el río Potomac, a pocos metros de la Casa Blanca y de la ruta de aproximación de los aviones al aeropuerto Ronald Reagan de la capital federal americana, fundamentalmente transportando altos cargos del Gobierno.
Siguen otras rutas y otros accesos que no tienen conflictividad alguna con los aeropuertos, pero esta, la número 4, era de las más importantes. Se mantiene la posibilidad de vuelos por razones de urgencia y en el caso de que el pasajero sea el presidente.
Como recordarán, en la noche del pasado 29 de enero, 67 personas perdieron la vida cuando un avión que operaba para American Airlines y un helicóptero colisionaron en el aire. No hubo supervivientes en ninguna de las dos aeronaves. El helicóptero estaba haciendo ejercicios de entrenamiento de pilotos para esa ruta en horario nocturno y aparentemente estaba volando bastante por encima de la altura impuesta por razones de seguridad.
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