
Acudir a una feria turística en busca de clientes y hablar de lo masificado que está el destino es tan esquizofrénico como organizar un mundial de Fórmula 1 e iniciar un debate sobre el exceso de velocidad de los coches o celebrar una feria de la cerveza y discutir sobre la necesidad de poner límites al consumo de alcohol. A pesar de lo sorprendente que supone convertir la ITB de Berlín en una réplica debate parlamentario, la masificación en Baleares se ha convertido inesperadamente en el asunto central de la feria turística alemana.
Hace ya meses que comenzó en Baleares el debate sobre la necesidad de plantear medidas contra la masificación turística, pero se esperaba un poco más de visión política de no trasladar esta discusión cuando el objetivo es atraer turistas, en este caso alemanes, para garantizar una buena temporada turística.
El propio presidente de la Federación Hotelera de Mallorca, Javier Vich, ha tenido que salir al paso ante este debate, lo que le ha supuesto innumerables críticas a su regreso de Berlín. “¿Qué les hemos dicho a los turoperadores? Un mensaje muy claro: Mallorca no es un destino ni masificado, ni saturado ni colapsado”, dijo Vich en Berlín ante la insistencia de los periodistas desplazados desde la isla a la capital alemana. Lógicamente Vich mostró su hartazgo en torno a los mensajes que se está trasladando a nivel internacional sobre la masificación turística que sufren las islas día sí y día también, como si los turistas sobrasen o incluso molestasen (“Es falso que exista masificación y colapso en Mallorca”).
Los hoteleros de Mallorca no saben cómo atajar el debate político iniciado hace unos meses sobre la masificación. De poco sirven las palabras cuando el clima político se ha decantado claramente a favor de tomar medidas contra la saturación turística, sobre todo cuando ha quedado demostrado que el incremento de turistas no se debe a los hoteles, que suman menos plazas que hace unos años, sino a los pisos turísticos, legales e ilegales, que además de aflorar sin control han contribuido a disparar el precio de la vivienda para residentes
El argumento de los hoteleros es que las quejas de los residentes están centradas en la falta de viviendas de alquiler, pero lamentan que las críticas vayan dirigidas a los empresarios turísticos cuando en los últimos años han apostado claramente por el turismo de calidad, que fue otro debate que años atrás también generó ríos de tinta.
“Cuando vamos a París a la torre Eiffel vemos que hay mucha gente, y también en Central Park en Nueva York. Tenemos determinados lugares de Mallorca y determinadas calles, por no decir cuatro de Palma ciudad con muchos turistas, y cuatro, cinco, seis zonas de la isla”, ha insistido Javier Vich en Berlín.
Los hoteleros de Baleares ya han dejado claro que están en contra de la subida de la ecotasa, que será la solución que probablemente se adoptará para frenar la masificación percibida por la clase política y sobre todo por las fuerzas de izquierdas.