
La NASA, la agencia americana para el espacio, retiró en los últimos dos años los cuatro aviones Douglas DC8 que aún operaba. El último dejó de volar en abril pasado, con lo que únicamente queda en uso uno de los 556 aviones fabricados en Long Beach, California.
El avión sigue volando, pero ya no transporta pasajeros como parte de una línea aérea. El último DC8 pertenece a una ONG, Samaritan’s Purse, con sede en North Carolina, Estados Unidos. Es una organización que da ayuda en diversos lugares del mundo y que emplea el vetusto avión con este fin.
Sólo tiene un piloto, John Morgan, que antes había sido ingeniero de vuelo de este mismo avión y posteriormente fue tripulante de cabina. Como comandante, trabajó para Emery, una aerolínea, y después estuvo con otras basado en Miami.
Los últimos 18 años Morgan voló aviones privados hasta que en 2020 consiguió empleo con esta ONG que acude a zonas de desastre transportando ayuda humanitaria.
El avión, con la matrícula N782SP, fue adquirido por la ONG en 2015. Es una aeronave que tanto transporta carga –hasta diez pallets– como pasajeros –un máximo de 32.
El último DC8 fue originalmente fabricado como DC8—62, pero se le cambiaron los motores y ahora es un 72.
El DC8, un modelo emblemático en la historia de muchas aerolíneas, entre ellas la propia Iberia, compitió siempre con el B707 de su rival Boeing, que había nacido al mismo tiempo, a finales de los años cincuenta. Este último avión voló primero en Finnair, después pasó el ejército francés que le cambió la motorización y posteriormente para otra aerolínea hasta que acabó en manos de esta ONG.