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El elevado crecimiento del absentismo laboral en la hotelería española, con picos agudos especialmente en Canarias, viene dejando como mayores víctimas al resto de compañeros que cumplen con su labor sin un habitual encadenamiento de bajas médicas frecuentes (Canarias: hoteles quitan servicios por el alto absentismo laboral).
Los proyectos hoteleros están viéndose mermados por la súbita falta de mano de obra, que en los últimos años viene registrando un acusado repunte. Las plantillas se ven expuestas así a sobrecargas no planificadas y que, por lo tanto, provocan malestar sobre quienes suelen concentrar estas faltas de asistencia.
La situación, últimamente, está llegando a máximos sin precedentes de forma algo generalizada en Canarias, con hasta alrededor de un tercio de protagonistas sin acudir a su puesto de trabajo alegando afecciones sobre las que el sistema complica descubrir el fraude.
Los profesionales suelen mostrar, por supuesto, todo su apoyo a quienes padecen problemas de salud, pero dudan de que estas indisposiciones puedan extrapolarse a otros, ante unas tasas de inasistencia a mucha distancia de cualquier otro periodo o sector económico, incluso de mayor exigencia.
Este fenómeno se ha convertido en la principal dificultad para las familias de trabajadores que sacan adelante las rutinas hoteleras, además de una sensación de injusticia por el importante número de quienes creen que se aprovechan de la falta de rigor en los protocolos para asegurarse de que las dolencias sean reales.