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Es difícil saber si Fram, la histórica marca de turoperación francesa, ha comprado Alpitour en Francia o si Alpitour se entregó en las manos de Fram, a la espera de una salida de futuro. La cuestión es que el grupo italiano ha adelgazado con la pérdida de esta filial (El dueño de Alpitour: de vender todo a acabar con el 95%).
Alpitour trabajaba en el país galo sobre todo en el mundo de los clubes de vacaciones, un producto de gran tradición. Pero tenía un problema muy difícil de solucionar: en Italia la temporada alta es de cuatro meses y con ese criterio operaba Alpitour en Francia, comprando alojamientos para cuatro meses. Pero en Francia es tradición hacerlo por seis meses, porque la temporada es más larga. Esto ponía en condiciones desventajosas a Alpitour porque el precio al que se puede acceder a un club de vacaciones con compras de seis meses es mucho menos que con compras de cuatro meses.
Así que Patrice Caradec, su director, decidió negociar una solución. Y la pareja con Fram encaja, por supuesto afrancesando a Alpitour.
La consecuencia es que Fram mantiene toda la plantilla, que ya está trabajando en las oficinas de París. Las marcas turísticas de Alpitour se unen a las de Fram y se establecen sinergias. Alpitour en Francia no trabajaba de cara al cliente, cosa que sí, en parte, hace Fram, lo que incrementa los canales comerciales para el operador. Karavel/Fram tiene un volumen de facturación de 800 millones de euros en la turoperación, lo cual es significativo.