
En el marco de Fitur, TecnoHotel se sumergió en la estrategia de sostenibilidad de Grupo Piñero, una de las compañías turísticas más comprometidas con la transformación responsable del sector. Desde su stand en el pabellón 3, que se llevó el premio a Stand Sostenible de Fitur, entrevistamos a Antonia del Toro, directora de ESG del grupo, para profundizar en cómo han convertido la sostenibilidad en el eje central de su negocio. Desde la reducción de la huella de carbono hasta la economía circular y la recuperación de ecosistemas, Grupo Piñero ha dado pasos firmes hacia un modelo de turismo regenerativo.
En esta conversación, Antonia nos cuenta cómo han logrado integrar los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en toda su estructura empresarial, desde sus hoteles Bahia Principe hasta su turoperador Soltour, y cómo trabajan con empleados, clientes y proveedores para garantizar que la sostenibilidad sea un compromiso real y medible.
—Hoy estamos en una edición muy especial de LoungeChats de TecnoHotel. Nos encontramos en Fitur, en el stand de Grupo Piñero, y tengo el placer de estar con Antonia del Toro, directora de ESG del grupo. Antonia, buenos días. Hemos madrugado para hacer esta entrevista.
—¡Buenos días! Sí, hemos madrugado, pero aquí estamos, en pleno Fitur, en todo el «mogollón».
—Me gusta que, con el fuerte espíritu iberoamericano que tenéis, estéis en el pabellón 3 en lugar de en el 10, donde están la mayoría de las cadenas hoteleras. Os habéis ubicado en medio de Latinoamérica, lo que me parece un lugar idóneo para vosotros.
—Bueno, creemos que es donde debemos estar. De hecho, don Pablo Piñero, nuestro presidente, decidió en su momento que quería apostar por situarnos al lado de República Dominicana y México, que son nuestros destinos clave. No solo preferentes, sino donde tenemos nuestra mayor parte de activos. Y realmente ha sido un acierto; por eso seguimos aquí.

Antonia del Toro, una vida profesional dedicada a Grupo Piñero
—Para empezar, quiero que me cuentes un poco quién es Antonia del Toro. Siempre me gusta hacer una pequeña presentación para que nos expliques quién eres, cómo llegaste hasta aquí, desde cuándo ocupas este cargo y, sobre todo, qué significa para ti la sostenibilidad. Porque ESG abarca mucho más que sostenibilidad, ¿verdad?
—Mi trayectoria profesional comenzó hace más de 35 años en Soltour, y al Grupo Piñero le debo toda mi carrera. También trabajé durante mucho tiempo en consultoría turística, implantando sistemas de gestión de calidad como la ISO 9000, la ISO 14000 y la Q de Calidad en el sector.
Hace ya una década, en 2015, empezamos a desarrollar un proyecto de Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Ese primer año lo dedicamos sobre todo a conocer en profundidad qué significaba la RSC y cómo podíamos implementarla en nuestra empresa. Desde el principio, entendimos que el foco debía estar en las personas, ya que son el pilar fundamental de nuestra actividad.
En 2016, impulsados también por la demanda de los turoperadores, comenzamos a incorporar criterios ambientales en la compañía. Durante estos diez años, hemos vivido una evolución muy significativa: entendimos que la sostenibilidad no solo se trata de impacto ambiental, sino que también debe integrar criterios sociales y de gobernanza.
En 2022, dimos un paso clave: convertimos la sostenibilidad en el eje estratégico de la compañía, alineándola con la estrategia empresarial. Esto significa que todas las decisiones y proyectos que se llevan a cabo en Grupo Piñero deben considerar los criterios ESG. Nos alineamos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y actualmente contribuimos activamente a 12 de los 17 ODS.
Al final, nuestro objetivo es avanzar hacia un modelo de turismo responsable y sostenible. Hoy en día, incluso hablamos de turismo regenerativo, que va más allá de la sostenibilidad. Se trata de un enfoque que no solo busca minimizar el impacto, sino también generar un impacto positivo en los destinos en los que operamos. En este sentido, queremos afrontar desafíos clave como el cambio climático, la crisis social y, más recientemente, la crisis de salud mental, que también es un aspecto importante a considerar.
—Es fundamental que estas políticas vengan impulsadas desde la alta dirección. Si no hay un compromiso desde arriba, difícilmente una empresa puede transformarse. Pero ahora quiero aterrizar un poco más el tema: sois un grupo grande y la sostenibilidad no se aplica igual en todas vuestras divisiones. No es lo mismo trabajar estos criterios en Bahía Príncipe que en Soltour. ¿Cómo conseguís que todas las ramas del Grupo Piñero compartan unos mínimos comunes en la aplicación de estas políticas?
—En 2022, el Consejo de Administración aprobó nuestra Estrategia de Sostenibilidad 2022-2030, basada en tres pilares: gobernanza, personas y planeta. Teníamos muy claro dónde queríamos estar en 2030, así que establecimos objetivos concretos, medibles y alcanzables para cada año.
Nuestro enfoque clave es integrar la sostenibilidad en todos los órganos de gestión. Por eso, la estrategia la aprueba el Consejo de Administración y, desde ahí, se extiende a toda la organización. No obstante, los objetivos se adaptan a la realidad de cada unidad de negocio y de cada destino.
Cada división del grupo cuenta con sus propios equipos responsables de ejecutar los planes de acción. Y aquí es donde reside la diferencia: aunque todos compartimos un mismo marco estratégico, la implementación varía según el área de negocio. No es lo mismo aplicar un plan de sostenibilidad en Soltour que en Bahía Príncipe o en la división residencial.

—Entonces, para evitar el greenwashing, hay tres factores clave: que la sostenibilidad venga impulsada desde la dirección, que haya equipos encargados de aplicarla y que existan objetivos medibles. Hablemos precisamente de eso: ¿qué medidas concretas estáis implementando para reducir vuestra huella de carbono?
—Nuestro objetivo es claro: reducir un 60% nuestra huella de carbono para 2030.
—Y ya vais por el 40%, ¿no es así?
—Así es. Hemos trabajado en planes estratégicos de eficiencia energética y en la instalación de energías renovables. Actualmente, todos nuestros hoteles en España cuentan con placas solares, lo que supondrá una reducción significativa tanto en la huella de carbono como en el consumo energético.
Además, hemos implementado sistemas de monitorización que nos permiten controlar y optimizar el consumo energético en tiempo real, regulando, por ejemplo, la temperatura en función de la climatología o la ocupación del hotel. Esto no solo reduce el impacto ambiental, sino que también genera un ahorro en costes operativos.
La sostenibilidad según el destino
—Has mencionado antes algo interesante: os adaptáis a cada destino porque no es lo mismo un resort en Mallorca que uno en República Dominicana o en México. Y esto me hace pensar en la gestión de residuos. Aquí en España ya tenemos una mentalidad más consolidada sobre el reciclaje, pero en otros destinos, quizá no tanto. ¿Cómo gestionáis los residuos en un resort, por ejemplo, en República Dominicana?
—Si hay algo de lo que estamos realmente orgullosos es de haber conseguido implantar un sistema de gestión de residuos en el Caribe, algo que aquí en España ha sido más fácil.
—Bueno, fácil tampoco habrá sido…
—No, tienes razón, pero al menos ya existía una infraestructura y una concienciación previa. En República Dominicana y Jamaica ha sido mucho más complicado. Empezamos a trabajar en la gestión de residuos en 2016 y, a pesar de la pandemia, que supuso un parón importante, hemos conseguido reciclar más de 26.000 toneladas de residuos.
En estos destinos, la gestión de residuos a nivel nacional es un reto. En México, por ejemplo, hay una mayor concienciación sobre el tema, pero en República Dominicana partíamos prácticamente de cero. Sin embargo, este ha sido uno de nuestros proyectos estrella, porque hemos pasado de operar en lugares donde apenas se reciclaba a lograr que todo el personal del hotel se involucre y separe los residuos desde el origen.
Cada departamento maneja residuos distintos: ama de llaves, cocina, mantenimiento… y hemos trabajado para que todos tengan sistemas de separación específicos. Y lo más bonito de todo es que los empleados se sienten orgullosos de este aprendizaje. Para muchos ha sido una formación nueva que han incorporado también en sus hogares y comunidades. Eso es lo más valioso: que el impacto va más allá del hotel.

—Es impresionante comprobar cómo la transformación traspasa el ámbito hotelero e influye directamente en las comunidades donde operáis.
—Exacto. Y dentro de este enfoque, estamos implementando un proyecto de circularidad, que va más allá del reciclaje tradicional. No se trata solo de evitar el modelo lineal de comprar, usar y tirar, sino de reutilizar e integrar los residuos en la propia operación del hotel.
Nos hemos fijado dos grandes objetivos: reducir en un 35% nuestros residuos para 2030 y lograr el vertido cero para 2050. Es un desafío enorme, sobre todo en algunos destinos donde la gestión de residuos todavía no está tan desarrollada.
Empleados y proveedores, ¿lo interiorizan?
—Cambiando de tema, quiero hablar de las personas. Antes de la entrevista, me contabas que en Grupo Piñero tenéis 16.500 empleados. Es evidente que aplicar estas políticas en un hotel pequeño puede ser más sencillo. Pero en resorts con miles de empleados y en destinos tan diversos, la cosa se complica. Y hay otro factor clave: los proveedores. ¿Cómo conseguís que los proveedores también interioricen estas políticas de sostenibilidad?
—Trabajamos mucho en la sensibilización. Tenemos un plan de formación en sostenibilidad tanto para empleados como para proveedores.
Para los empleados, impartimos sesiones continuas en sus propios puestos de trabajo, donde tratamos temas como buenas prácticas ambientales, derechos humanos, reconocimiento cultural, prevención del acoso y del turismo sexual, entre otros. La idea es que esta formación no solo se aplique dentro del hotel, sino que también la lleven a su vida cotidiana y a sus comunidades.
En cuanto a los proveedores, desde 2022 hemos intensificado el diálogo y la formación con ellos, porque queremos que formen parte de esta transformación. Ya no basta con que nuestra empresa sea sostenible; nuestra cadena de suministro también debe cumplir con estos estándares.
Para garantizarlo, en 2023 aprobamos un Código Ético para Socios de Negocio, validado por el Consejo de Administración. Ahora, todos los proveedores deben cumplir ciertos requisitos ambientales, sociales y de respeto a los derechos humanos.
—Y con los empleados, ¿ha sido más fácil o más difícil? Porque una cosa es concienciar y otra que realmente lo interioricen. ¿Ofrecéis algún tipo de incentivo para motivarlos?
—Sí, y esto es clave. Uno de los incentivos que tenemos es el reconocimiento al mejor empleado del año, que, para optar al premio, debe haber incorporado criterios de sostenibilidad en su trabajo.
Pero, además, este año hemos dado un paso más: los directivos también tienen que cumplir objetivos de sostenibilidad para acceder a su remuneración variable. Esto ya no es opcional, sino una exigencia derivada de una normativa europea. De esta manera, aseguramos que la sostenibilidad no solo se trabaje desde abajo, sino que se integre en todos los niveles de la compañía.
La biodiversidad en el centro
—Hablemos ahora de la conservación de la biodiversidad. Estáis muy implicados en los destinos en los que operáis y eso os ha llevado a crear iniciativas como la Fundación EcoBahía y el proyecto Samaná Biodiverso. Cuéntame un poco cómo os implicáis directamente en la conservación de la biodiversidad en estos destinos.
—La conservación del entorno es esencial para nosotros. Vendemos sol y playa, pero también naturaleza, y tenemos claro que debemos protegerla.
La Fundación EcoBahía nació hace 25 años con un gran proyecto de conservación de tortugas marinas, pero con el tiempo ha ampliado su alcance a la protección de la biodiversidad en general. Algunos de los proyectos más importantes en los que estamos trabajando incluyen:
- Recuperación de ecosistemas: restauramos manglares y arrecifes coralinos, que son fundamentales para el equilibrio ecológico de los destinos.
- Creación de viveros de plantas nativas: eliminamos especies invasoras y reintroducimos flora autóctona, algo que hemos aplicado en nuestros hoteles y en desarrollos residenciales.
- Paisajismo sostenible: hemos eliminado más de 9.000 plantas invasoras en nuestros hoteles y las hemos sustituido por especies locales. Esto no solo mejora el entorno, sino que también contribuye a la recuperación de la fauna.
Para llevar a cabo estos proyectos, colaboramos con entidades como el Jardín Botánico de Santo Domingo en República Dominicana. Juntos, estamos desarrollando planes de reforestación y paisajismo que van mucho más allá de los jardines convencionales.

Y el papel de la tecnología
—Antes de acabar, ya que estamos en TecnoHotel, quiero que me cuentes qué papel juega la tecnología y la digitalización en la consecución de todos estos objetivos que os habéis marcado.
—Juegan un papel fundamental. La digitalización ha supuesto un gran avance, no solo en términos operativos, sino también en sostenibilidad. Por ejemplo, en su momento digitalizamos muchos procesos administrativos, lo que nos ha permitido mejorar el servicio al cliente y, además, reducir drásticamente el uso de papel. Actualmente, en recepción o en la toma de comandas apenas utilizamos papel.
Por otro lado, contamos con herramientas tecnológicas que nos permiten optimizar el consumo energético en función del clima y la ocupación del hotel. También disponemos de plataformas que nos ayudan a supervisar y medir nuestros avances en sostenibilidad, asegurándonos de que estamos cumpliendo los objetivos marcados.
—Medir es clave para saber si lo estás haciendo bien.
—Exacto. La supervisión y el control son fundamentales. Contamos con plataformas específicas que nos permiten hacer un seguimiento detallado de todo lo que estamos llevando a cabo en materia de sostenibilidad.
—Antes de despedirnos, quiero preguntarte por Cayo Levantado Resort. He oído hablar mucho de este proyecto: Bahía Príncipe cierra, reabre, se habla de turismo regenerativo, de soluciones innovadoras… ¿Qué habéis hecho allí? Porque creo que voy a tener que ir a verlo.
—Desde el principio, concebimos Cayo Levantado como un proyecto basado en la sostenibilidad, teniendo en cuenta el medioambiente, la cultura local y el bienestar de las personas. Se han instalado placas solares, contamos con una planta de biodigestión que convierte los residuos orgánicos en biogás y fertilizantes para nuestros jardines, y hemos eliminado más de 9.000 plantas invasoras para recuperar el ecosistema original.
Trabajamos con la Fundación EcoBahía y el Jardín Botánico de Santo Domingo en un proyecto de paisajismo que ha permitido la reintroducción de flora y fauna autóctonas. Gracias a ello, han vuelto a aparecer especies que antes no se veían, como algunas mariposas locales.
También hemos desarrollado un huerto del que obtenemos productos que se consumen en nuestra cocina, y la Fundación EcoBahía está muy implicada en la sensibilización tanto de empleados como de clientes.
Al final, el turismo regenerativo es eso: respeto por la naturaleza, por la cultura y por las comunidades. Se trata de hacer las cosas bien y de generar un impacto positivo en los destinos en los que operamos.
—Dicho así suena fácil…
—Pero no lo es. Y aquí juega un papel clave la concienciación de los clientes. El turismo regenerativo implica también que el viajero adopte una nueva forma de viajar, valorando más la cultura local, el patrimonio natural y ayudando a conservarlo. Si conseguimos que el turista también forme parte de este cambio, lograremos un impacto aún mayor.

Los premios Los + Ecoístas
—Para dar visibilidad a todo este trabajo y reconocer a quienes siguen el mismo camino, habéis creado los premios Los + Ecoístas. Cuéntame en qué consisten estos premios y qué aspectos valoráis en los galardonados.
—El movimiento Somos Ecoístas nació con un objetivo claro: llamar a la acción. Queremos transmitir que trabajar de forma «egoísta» por nuestro entorno, por nuestras comunidades y por las futuras generaciones no solo es posible, sino necesario. Pequeñas acciones individuales pueden convertirse en un gran movimiento si todos ponemos de nuestra parte.
Este movimiento no solo busca sensibilizar a empleados y clientes, sino también a nuestros partners y proveedores. De hecho, los premios Los + Ecoístas reconocen a aquellas empresas y personas que han demostrado un compromiso real con la sostenibilidad y que están implementando proyectos en materia ambiental.
—Ya me has contado antes los objetivos a 2030 y 2050, pero para terminar, ¿qué retos más inmediatos tenéis para este año desde el departamento que diriges?
—Uno de nuestros principales retos para este año es consolidar la gobernanza de sostenibilidad. Es clave para seguir avanzando y alcanzar los grandes objetivos que nos hemos marcado. Queremos convertirnos en un referente del turismo regenerativo en todos los destinos en los que operamos.
Otro punto fundamental es la ética empresarial. Contamos con un sólido modelo de cumplimiento y acabamos de aprobar un código ético para socios de negocio. La sostenibilidad debe estar integrada en toda la cadena de valor, y este año vamos a enfocarnos en trabajar aún más de cerca con nuestros proveedores.
También tenemos otro reto importante: empezar a contabilizar la huella de carbono de nuestros proveedores. Ya no basta con reducir nuestra propia huella; ahora debemos evaluar el impacto de toda nuestra cadena de suministro.
Por supuesto, seguiremos avanzando en la implantación de energías renovables, en la circularidad —que no solo reduce residuos, sino también la huella de carbono— y en la protección del capital natural de la compañía.
—Pues, Antonia, felicidades por los 50 años de Grupo Piñero. Sin duda, el grupo está en plena forma, y eso es gracias a profesionales como tú, que tienen las ideas tan claras. Muchas gracias por atendernos.
—Muchas gracias a ti por visitarnos en nuestro stand.